ALLES GUTE ZUM GEBURTSTAG MEIN FÜHRER

(Feliz cumpleaños mi Führer)

Este relato también lo puede leer traducido al italiano en Duran

 En marzo de 1944 el ejército alemán hostigado  por las tropas soviéticas es obligado a replegarse hacia el territorio donde había dado comienzo la operación Barbaroja, es decir, la invasión a Rusia en tanto que Berlín,  era  bombardeada por la RAF y en abril, las fuerzas aliadas de Estados Unidos y Gran Bretaña iniciaban una ofensiva contra aeródromos y centros de comunicaciones alemanes en Francia y Bélgica. Es que a Adolfo Hitler la guerra se le estaba yendo de las manos  y esta situación no era precisamente  su mejor regalo de cumpleaños porque el jueves 20 de abril cumpliría 55 años.  A pesar de la presión a la que estaba sometido, hizo un hueco en su agenda para celebrarlo  en el Berghof, su residencia en Berchtesgaden  conocida también como “nido del águila”, un exclusivo y paradisíaco lugar en los Alpes bávaros. 

Eva Braun la amante de Adolfo Hitler que estuvo obligada a mantenerse en el anonimato para preservar la imagen del Fürer como persona inmaculada exenta de vicios y debilidades, era la anfitriona de la casa y como tal, organizó una cena de carácter austero a la cual asistirían un reducido número de personas pertenecientes al estrecho círculo de amistades de la pareja donde no podía faltar entre otros el arquitecto  Albert Speer, ministro de Armamentos y Municiones,  Martin Borman lugarteniente de Hitler, Josef Göebels ministro de propagando y su mujer Magda, el Mariscal y Comandante de la Luftwaffe Hermann Göring y su segunda esposa, la actriz   Emmy Sonnemann

De la preparación de la cena se encargaría Willy Kannemberg cocinero personal de Hitler con el cual mantenía una vieja amistad cuando todavía no había llegado a canciller.  Conociendo sus preferencias gastronómicas y teniendo en cuenta su dieta vegetariana*, elaboró un sencillo menú cuyos ingredientes  se encargaría de comprarlos personalmente. Acompañado de un suboficial de las SS que oficiaba de chofer, bajó hasta la feria en el pueblo de Markt Schellenberg  y recorriendo los puestos de hortalizas, frutas  y pescados  fue seleccionando meticulosamente cada ingrediente que luego eran cargados en el portamaletas del Mercedes Benz. Cuando se dispuso a cruzar la plaza para subir al automóvil, un caballo percherón que tiraba de un carro cargado de barriles de cerveza, por alguna extraña razón se asustó y comenzó a repartir coces a diestra y siniestra hasta volcar la carga con tan mala suerte que alguno de los barriles golpearon a Kannemberg haciéndole perder el conocimiento.

Eva Braun se enteró del accidente por el chofer que lo había llevado a una clínica cercana donde le diagnosticaron fractura de tibia, contusiones,  heridas superficiales y una ligera conmoción cerebral de la que se estaba reponiendo.

Este percance estaba a punto de dar al traste con la cena porque Eva no sabía cocinar ni un huevo frito y lo primero que se le ocurrió para reemplazar a Willy Kannenberg fue llamar a  Constanze Marciarly la cocinera y dietista del Führer en la cancillería de Berlín.  Pero fue en vano porque la mujer se había ido a Munich a visitar a su madre aprovechando que Hitler no regresaría hasta el lunes. La Braun entró en pánico y le pidió ayuda a su hermana menor a la que también había invitado para la cena. Gretl, que así se llamaba,  le recordó que muchos años antes, Adolfo solía frecuentar el restaurante de un hotel en Hamburgo donde había una cocinera que preparaba exquisitos platos siempre elogiados por él.

 El conserje del hotel cuando se enteró de donde provenía la comunicación llamó sin pérdida de tiempo a Clara, la cocinera, que tras una breve conversación con Eva, dejó plantada la cocina del hotel para ir a su casa a recoger algunas prendas y marchar al aerodromo de Hamburgo donde el capitán Hans Bauer, piloto personal del Führer, pasaría a recogerla en el Junker  Fw 200V-1 (Cóndor) rumbo a Salzburgo en Austria y desde allí sería conducida a la residencia que solo distaba a 30 kilómetros.

Eva Braun recibió aliviada a Clara disculpándose por la molestia que le había ocasionado y reiterándole las razones  que la  motivaron a tomar esa decisión y sin pérdida de tiempo la llevó a la cocina para mostrarle lo que Kannemberg había comprado sin saber por otra parte,  que menú se había propuesto preparar para la cena. Le recordó que el Führer era vegetariano pero que en algunas ocasiones hacía concesiones a su dieta.  Sin  más pérdida de tiempo, Clara se puso a elaborar los platos acompañada de dos ayudantes de cocina.

La cena transcurrió en un clima distendido evitando mencionar temas tan escabrosos como la muerte de miles de soldados alemanes en el frente ruso o los bombardeos en Berlín donde cientos de personas quedaron en la calle frente a los escombros de sus casas. Pero sí hubo un comentario unánime y fue el elogio a los exquisitos platos que había preparado la cocinera sustituta de Willy Kannemberg comenzando por una sopa acompañada de tibios panecillos pasando por el pescado con un agregado de pasta de patatas y cebollas, finalizando con una deliciosa torta y  un aromático café. Eva Braun por una vez en su vida salió del anonimato al recibir un cumplido de los presentes frente a su amado Adolfo por la celeridad  y firmeza con que afrontó el inconveniente gastronómico. También  propuso como acto de agradecimiento, llamar  a Clara para que los comensales la felicitaran públicamente.

Cuando la cocinera entró al salón comedor fue recibida con un aplauso y el propio Hitler se levantó para estrecharle la mano.

- Señora, en nombre de los aquí presentes y en el mío propio, quiero felicitarla por la excelente cena que nos  ha  brindado. Veo que sigue teniendo el mismo talento para la cocina  que hace años admiré en el hotel de Hamburgo cuando recién empezaba mi carrera política.

Clara agradecía los comentarios con palabras casi inaudibles, turbada por su timidez  y sencillez campesina.

- Solo quiero pedirle que nos detalle cada uno de los platos que nos ha servido porque si bien han estado exquisitos, no sabemos su nombre.

- Pues verá mein Führer – le dijo Clara -  de primero, un caldo de ave con Kneidalaj y Pletzalej. De segundo, Guefilte Fish con Knishes y de postre,  Leikaj.

DOS FINALES PARA UN MISMO RELATO, ESCOJA EL CAMINO QUE MÁS LE GUSTE

Clara Goldstein nunca regresó a la cocina del hotel de Hamburgo y tampoco  se supo más nada de ella. 

El sábado 28 de abril de 1945, el mismo día en que los partisanos en Italia matan a Benito Musolini y a su amante Clara Petacci, Adolfo Hitler y Eva Braun contraen finalmente matrimonio. La noche del 29 de abril mientras los rusos ocupaban todo Berlín a sangre y fuego y estaban casi a las puertas de la cancillería del Reich, Constanze Marciarly la cocinera personal de Adolfo Hitler le servía al flamante matrimonio la que sería su última cena. El Führer ya derrotado en cuerpo y alma miró su plato sobre el que habían unos solitarios ravioles de lata que aún quedaban en la despensa del bunker y cruzando una mirada con Eva, como guiados por un mismo pensamiento, preguntó:

- ¿Frau Marcialy, sabe usted cocinar Guefilte fish?.

 

Cuando el 27 de enero de 1945 las tropas soviéticas del Primer Frente Ucraniano al mando del general  Pawel Kurotschkin entraban al campo de concentración de  Auschwitz-Birkenau, todavía faltaban 63 días para finalizar la guerra. Los soldados soviéticos se abrieron paso entre una larga fila de famélicas prisioneras que fueron abandonadas por los soldados de las SS ante el avance ruso, y se detuvieron frente a una pila de cadáveres amontonados como leños que no se llegaron a incinerar. Continuaron recorriendo una de las barracas donde se hacinaban centenares de mujeres, muchas de ellas  postradas por inanición. El espectáculo era más espantoso y terrorífico de lo que supone una guerra convencional en la cual,  paradojicamente, existen ciertas normas de caracter humanitario.

Al llegar a la cocina que desde varios días ya no funcionaba, una mujer de aspecto cadavérico cubierta con harapos sucios sobre una túnica de listones negros y blancos, revolvía un bote de basura buscando cáscaras de patatas y restos de comida que habían dejado sus verdugos en una última cena antes de la huída. Al notar que el general Kurotschkin y su plana mayor la observaban, continuó con su tarea acercándose al fogón y mientras ponía aquellos restos dentro de una perola con agua y apantallaba un fuego inexistente, dándoles la espalda comentó:

- De primero, un caldo de ave con Kneidalaj y Pletzalej. De segundo, Guefilte Fish con Knishes y de postre,  Leikaj, mein Führer.

* Para algunos historiadores la imagen de Hitler vegetariano fue idea del ministro de propaganda Göebbels. El Füherer no fumaba, no bebía, no comía carne y tampoco frecuentaba con mujeres a excepción de su amante Eva Braun,  que la mantuvo en el anonimato justamente para no perjudicar esa postura de asceta. La verdadera razón por la que evitaba comer carne es que padecía de problemas estomacales e intestinales y era controlado en ese aspecto por su médico personal Theodor Morell. Sin embargo hay testimonios que aseguran que tenía pasión por los Leberknödel, una especie de bolitas de hígado que se pueden servir en la sopa o acompañado con chucrut o patatas. Durante la invasión a Polonia, Hitler compartió en el frente de guerra  un almuerzo con soldados y oficialidad que  no era  precisamente una dieta vegetariana y también solía comer Weisswürst o salchicha blanca.  En resumidas cuentas, fue un vegetariano a medias. (Que me disculpen los vegetarianos)   

 

RECETAS DE LA COCINA JUDÌA**

KNEIDALAJ

Ingredientes:

  • 2 tazas de harina de matza (Pan ácimo)
  • ¼ de taza de aceite o de grasa de gallina
  • 3 huevos
  • 1 ¼ tazas de agua
  • sal y pimienta, a gusto

 

Preparación:

Mezcle todos los ingredientes, forme una masa y déjela descansar una hora. Forme bollitos con las manos untadas en aceite o agua. Hierva veinte minutos en agua o en el caldo de la sopa.

 

 

PLETZALEJ DE CEBOLLA (Panecillos de cebolla)

Ingredientes:
  • ½ vaso de aceite
  • ½ litro de leche
  • 1 cucharadita de sal
  • ¾ Kg de harina leudante
  • 1 cebolla grande en rodajas semillas de amapola, para espolvorear

 

Preparación:
Pique finamente la cebolla, agréguele un poquito de sal y un chorrito de aceite. Mezcle el aceite restante con la leche y la sal, revuelva bien y agregue de a poco la harina en forma de lluvia, hasta obtener una masa tierna. Déjela reposar 1 hora. Luego tome los bollitos, aplástelos sobre una mesa enharinada y déles forma redonda. Cubra cada uno con un poco de la cebolla y espolvoréelos con las semillas de amapola. Colóquelos en una asadera aceitada ligeramente y póngalos a cocinar en horno caliente durante 15 minutos. Puede servirlos rellenos con alguna pasta de queso.

 

GUEFILTE FISH (Pescado relleno)

Ingredientes:

  • 2 Kg de pescado (dorado, surubi, merluza y boga)
  • 2 cebollas
  • perejil
  • apio
  • 2 yemas
  • ¼ de taza de harina de matza sal y pimienta, a gusto
  • 1 pizca de azúcar

 

Preparación:
Limpie el pescado y quítele toda la piel con el cuchillo, comenzando por la cabeza y hasta la cola, sin rasgarla. Lave bien la piel y déjela secar. Pique la carne y deje aparte la cabeza y las espinas. Dore las cebollas picadas con un poco de perejil picado. Mezcle con el pescado. Añada la harina de matza, las yemas, la sal, la pimienta y el azúcar. Rellene la piel con esa mezcla y sale por fuera. Coloque el pescado en una cacerola grande, forrada con las espinas, la cabeza, una cebolla en rodajas, hojas de apio y de perejil. Cubra con agua hirviendo y cocine durante dos horas sin tapar, hasta que se consuma la mitad del agua. Coloque el pescado en una fuente y cúbralo con la salsa que quedo en la cacerola. Si lo desea, añada dos yemas y algunas rodajas de limón a la salsa colada. Deje hervir. Cuando espese retire y sirva caliente sobre el pescado

 

KNISHES (Bollitos de papa)

Ingredientes:

  • 4 papas grandes
  • 1 taza de crema de leche ácida
  • 2 yemas
  • 2 claras sal y pimienta, a gusto

 

Preparación:
Pele las papas y déjelas varias horas en remojo en agua fría. Ralle y cuele sobre un recipiente. Después de 20 minutos colóquelas en otro bol, retire la fécula de papa que quedo en el agua colada en el fondo del recipiente y agregue a las papas. Añada la crema de leche y la sal. Bata las claras a punto nieve, incorpore las yemas y mezcle todo. Vierta cucharadas de masa en una sartén con aceite caliente y dore de los dos lados. Al horno: Prepare la misma masa. Caliente la manteca en una sartén y vierta toda la masa como si fuera un panqueque. Coloque en horno caliente durante 15 minutos. De vuelta y cocine otros 15 minutos.

 

LEIKAJ (Pastel de miel)

Ingredientes:

  • ½ Kg de azúcar
  • 3 huevos
  • ½ Kg de miel
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de bicarbonato
  • 1 cucharada de canela
  • 1 vaso de aceite
  • 750 grs. de harina
  • 2 cucharadas de polvo de hornear
  • 1 manzana rallada
  • jugo y ralladura de una naranja y un limón
  • nueces y pasas de uva

 

Preparación:

Bata los huevos con el azúcar y la miel. Agregue la sal, el bicarbonato, la canela y el aceite. Finalmente incorpore la harina previamente tamizada con el polvo de hornear. Si la masa quedara muy dura, agregue un poco de té frío bien cargado. Puede agregar a voluntad nueces y pasas de uva, una manzana rallada o jugo y ralladura de naranja o limón.
Vierta el batido en una asadera grande rectangular, enmantecada y enharinada y ponga a cocinar en horno de temperatura moderada, al principio, y luego mínima, durante 50 minutos.

 

**Fuente de información de las recetas: http://www.shalomonline.com/main.asp
 

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