Historia del pan en la alimentación de Sevilla según Juan de Aviñon en 1418 y Nicolás de Monardes

Carlos AzcoytiaEl presente estudio es la segunda parte de ‘La historia de la alimentación en la Baja Edad Media en Sevilla’ que sin leerlo previamente puede dificultar la comprensión y la contextualización de este.

También aconsejo leer, como parte complementaria y no necesaria, nuestro monográfico dedicado a la historia del pan

Juan de Aviñón en el apartado que dedica a los alimentos como bien para la salud, en su libro Sevilla Medicina, decía que el trigo era la simiente más igual y mejor del mundo para el cuerpo del hombre (se supone que del hombre y la mujer). El trigo decía era caliente en primer grado e igual entre humedad y sequedad, existiendo en él veintidos catamientos (en el original pone veinticuatro pero sólo explica veintidos), siendo el primero el color que tenía amarillo como la cera por fuera y blanco por dentro, ligero de quebrar, con poco afrecho y mucha harina, que era de gran alimento, pero pesado de moler, indicando que en Sevilla había muchas clases de trigo: “ay gazul, ay semental, ay bermejuelo, ay alvarigo, ay trechel, ay delgado”, indicando que los tres primeros eran los mejores y haciendo especial aprecio por el gazul.

El segundo catamiento era la tierra donde nacía; en tierra prieta y gruesa, tal y como eran las tierras de Carmona, debo de suponer que se refiere a las tierras de la vega, a los pies de los Alcores, terrenos muy fértiles y desde muy antiguo habitado, algo que he podido comprobar en persona, insistiendo que daba trigo muy bueno, grueso y limpio, excelente para nutrir los cuerpos de los humanos; por el contrario, los trigos que nacían en lugares secos y pedregosos, así como las tierras serranas o montañosas eran de poco nutrimento por la sequedad de la tierra. Sigue leyendo

La historia de la alimentación en la Baja Edad Media en Sevilla, capítulo I

Carlos AzcoytiaExiste un libro que por ser poco conocido, algo que nunca he llegado a comprender, merece un estudio en profundidad ya que nos muestra un momento histórico excepcional en el terreno de la alimentación en España, años antes de la llegada de los españoles a las tierras americanas, donde podemos conocer los alimentos que se comían y la relación que tenían con la salud de la población, cuestión esta importante para llegar a comprender la influencia de estos como elementos químicos, dependiendo del tipo de persona, que sirvieron para la sanidad. Si a eso le sumamos que se circunscribe a un área reducida y puntual, la ciudad de Sevilla, nos puede ayudar a comprender un poco mejor el triunfo o no de los productos americanos en el continente europeo, ya que dicha ciudad fue el epicentro del comercio, de la exportación e importación de todo tipo de mercancías y donde se estudiaban los vegetales desconocidos que llegaban desde Las Indias Occidentales.

El libro en cuestión lleva el largo título, entonces era así, de ‘Sevilla medicina. Que trata el modo conservativo y curativo de los que habitan en la muy insigne ciudad de Sevilla, la cual sirve y aprovecha para cualquier otro lugar de estos reinos’, obra escrita entre los años 1418 y 19 y que permaneció inédita hasta el año 1545 que la publicó a sus expensas el muy notable médico Nicolás de Monardes Alfaro, al que hago muchas referencias cuando trato de los alimentos traídos de América, ya que fue el que se dedicó a estudiarlos y aclimatarlos en su huerto que estaba situado en plena calle Sierpes, en el corazón de la ciudad, y del que en su momento utilicé en un experimento en el que demostraba la fragilidad de la información que existe en Internet donde el copiar unos de otros puede hacer que se de cómo ciertas las informaciones erróneas o sesgadas, que de todo hay, llegando a tanto qué hasta los cicerones que enseñan su tumba en un convento de Sevilla la dan por verdadera, refiriéndome en este caso concreto a la historia del tomate, donde explico toda una trama que demuestra lo que digo, algo que sentó mal a los mismos copistas (que jamás hacen referencia de las fuentes y así les va) y a otros rebuznantes que no ven más allá de unos milímetros de sus cortas entendederas y que llegaron a confundir un experimento con una burla, allá ellos. Sigue leyendo

LA ACADEMIA COLOMBIANA DE GASTRONOMÍA SERVIRA UN “BANQUETE HISTÓRICO DE 1771-1808 LA EXPEDICIÓN BOTANICA”

El próximo 26 de noviembre en la Hacienda EL CEDRO de Bogotá, se llevará a cabo un

Banquete en el cual reviviremos la memoria de José Celestino Mutis y la Expedición Botánica.

Una iniciativa 100% cultural y sin ánimo de lucro, buscará transportar a los asistentes a épocas de la Nueva Granada, sus costumbres y su magnifica Expedición Botánica.

Hace Veinte años que don Fernando Londoño Henao, la Federación de Cafeteros de Colombia, Rafael Ansón de la Real Academia Española de Gastronomía y un grupo de amantes de la cocina fundaron la Academia Colombiana de Gastronomía, por este motivo se servirá un “BANQUETE HISTÓRICO de 1771-1808   LA EXPEDICIÓN BOTANICA”

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Historia de las intoxicaciones por embutidos

Carlos AzcoytiaRepasando mi biblioteca encontré un librito escrito y editado en el año 1854 por Juan F. de Michelena que lleva el original y largo título ‘Adulteración de alimentos, bebidas y medicamentos o método fácil para descubrir los fraudes de los especuladores’, todo un tesoro para poder investigar la alimentación y su manufactura en los comienzos de la Era Industrial, donde se puede apreciar el precio que debieron pagar nuestros antepasados, algunos hasta con su vida, en un mundo cambiante donde los adelantos en la conservación alimenticia iban a años luz de la legislación y donde, también, muchos desaprensivos se aprovecharon para hacerse ricos sin importarles las vidas y el dolor ajeno, lo que nos demuestra que canallas siempre existieron, no es un invento moderno, y donde el castigo debería haber sido el darles de comer aquellos venenos que vendían o, en la actualidad, pagarles con la misma mísera cantidad de dinero que cobran los desheredados, la mayoría de la población, a los corruptos políticos para que comieran sus familias y murieran de hambre, que es lo que se merecen, para terminar, de una vez por todas, con esta cleptocracia donde vivimos.

Juan Francisco Michelena, autor del libro del que tomo la bibliografía como base del presente trabajo, hijo de otro médico llamado Juan Bautista (muerto en febrero de 1851), llegó a ser Doctor en Farmacia de la Real Universidad de La Habana e Individuo Numerario de la Real Sociedad Económica de dicha ciudad; participó en El Repertorio Económico de Medicina, Farmacia y Ciencias Naturales de la Real Aduana de Matanzas; el 24 de junio de 1871 leyó unas memorias en el Casino Español de Matanzas (Cuba).

No se puede decir que el libro de Michelena fuera totalmente original, ya que recurría con frecuencia a otros autores europeos de renombre en ese momento, como podían ser Juan Bautista Chevalier, Kerner o Geisler, entre otros muchos, lo qué lo hace, por lo menos, interesante al recopilar experiencias en distintos lugares, importante para tener una idea de conjunto y no puntual de los fraudes alimenticios en un momento crucial en los cambios alimenticios de la población, sobre todo en Europa, en los albores de la Era Industrial, donde se comenzaron a experimentar nuevas formas de conservación de alimentos y donde nació, gracias a las guerras, los enlatados que tantas vidas salvó y a tantas personas mató en sus comienzos, de los que ya tengo varios trabajos. Sigue leyendo

Historia de la pizza

Carlos AzcoytiaHace ya algunos años, al menos catorce, hice un pequeño trabajo dedicado a la historia de la pizza y del risotto, que sólo intentaba poner las bases de investigación que hoy quiero desarrollar, dejando a muchos al descubierto, que hasta en Wikipedia, de tan honorable esfuerzo en pro del saber, se le escapan las verdades como agua entre los dedos.

Entonces ya decía que ese trabajo estaba incompleto, en una época donde eramos la primera web de historia de la gastronomía que de forma cronológica entró en la Red, cuando en este medio sólo estábamos muy pocos, no más de cien personas en toda España.

Decía entonces lo siguiente, lo trascribo porque ese trabajo desaparecerá de la Red cuando esto se publique:

Este plato no es muy antiguo, pese a ser uno de los máximos exponentes de la cocina italiana y quizá el más conocido en el mundo de ese país, en principio era un plato innoble y no existía constancia escrita de su existencia a finales del siglo XIX, el primero que nos habla de ella es Pellegrino Artusi en La scienza in cucina o lárte de mangiar bene, pero sólo de dos formas de hacerla y otras dos para postres a base de harina, almendras, vainilla, leche y huevos. Sigue leyendo