Historia de la Guerra Coleóptera y Fría entre capitalistas y socialistas

Carlos AzcoytiaComo aportación a la historia de la patata quiero hacer mención a un hecho acaecido en plena Guerra Fría, qué más puede parecernos casi un chiste si no fuera por las consecuencias negativas que acarrearon entre la población de la República Democrática Alemana en unos momentos críticos, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la agricultura alemana, y de todo el Este de Europa, intentaba desesperadamente renacer tras el abandono de los campos y que atenazaba los estómagos de todos los contendientes europeos que tenían que partir de cero, sin semillas, y con el temor de los gobiernos a levantamientos populares sobre todo entre las poblaciones ocupadas.

Hay historias de los Servicios Secretos que bien merecerían un libro de humor porque lo que se denomina Inteligencia hubo veces, y las hay en la actualidad, que más parecen los ‘Inventos del Profesor Calabacete’, personaje del cómic español del TBO de los años 50 y 60 del pasado siglo y donde salen mal parados o nos hace preguntarnos qué significado tiene para ciertos gobiernos esa palabra, la de Inteligencia, y así nos va a todos.

Entre los inventos de dichos Servicios estuvo el de operar a un gato para poner dentro de su cuerpo un emisor con el que poder oír las conversaciones de los demoniacos comunistas en un parque y que murió atropellado por un coche el pobre animal antes de cumplir la misión asignada o ésta que les voy a narrar entre otras muchas y donde llegará a la conclusión que estamos en manos de lerdos faltos de imaginación. Sigue leyendo

Historia de la mitología y sacralización de los alimentos en Norte y Centro América

A mi compañera de investigación Martha Delfín, sin ella este trabajo estaría plagado de errores

Carlos AzcoytiaCuando comencé a escribir el presente trabajo lo tomé como un descanso en mi investigación a caballo entre otros dos que me tienen muy ocupado y casi colapsado por la complejidad en sus contenidos y de los que ya tendrá noticias más delante. Este ‘casi’ descanso, como casi todo cuando se toma de forma seria, se ha ido complicando hasta convertirse en otro de similares características, aunque éste lo estoy tomando ya como un reto que debo solucionar.

En principio la idea era hacer un estudio sobre la mitología de los alimentos en América, de forma que con el tiempo enlazara con otros similares de otras partes del mundo, pero se ha ido complicando hasta convertirse en un gran estudio de investigación, que por otra parte me deja el sabor de boca que está incompleto, así que intento solucionar dicho problema en ir sumando, más adelante, a este trabajo todo lo que encuentre y sea novedad, por lo qué debe tomarse lo que está leyendo en un trabajo vivo que irá creciendo en el tiempo, de ahí qué le aconsejo, si está interesado en el tema, que lo visite con cierta regularidad.

El ser humano como tal, casi desde sus orígenes y como animal social que es, se formó en grupos familiares estables de recolectores, para más tarde en plurifamiliares, formando concentraciones de población, tras la domesticación tanto de animales como vegetales, que hizo más fáciles sus vidas, tema en el que no voy a entrar en el presente trabajo por lo qué lo invito a leer un ambicioso proyecto inconcluso que comencé hace ya algunos años y que puede ver en ‘La loca historia de la gastronomía’. Sigue leyendo

Historia del pan en tiempos de hambre, hechos sin semillas de cereales

Carlos AzcoytiaTras escribir varios trabajos dedicados a la historia del pan he pensado en hacer uno sobre el pan de aquellos que morían de hambre en las epidemias, los desastres naturales y las guerras, algo que muy pocos se han atrevido a abordar por la complejidad de su temática.

Hablar de esos panes de los desesperados es escapar de lo que conocemos, incluso debemos plantearnos salir de los conceptos que de una forma inconsciente tenemos tanto de los materiales empleados como de su manufacturación, aquí no se hablará de trigo, ni de centeno, ni de avena, ni tampoco del maíz o del arroz, porque partiremos como base para su elaboración de todo lo que la naturaleza podía ofrecer a aquellos pobres desgraciados que morían de inanición y que pudieron salvar sus vidas gracias al ingenio y que transmitieron sus experiencias a otros, quizá sus hijos o nietos, con la intención de salvarlos, aunque fuera de forma miserable, del terror a morir lentamente de hambre.

Cuando escribo o hago una investigación me gusta sentir la historia, involucrarme e intentar ser parte de lo que cuento, de ahí que muchos me achaquen que hago comentarios personales mezclados con datos rigurosos e indiscutibles, quizá porque creo que la historia debe de ser contada sin mentiras y sin tomar el papel de notario que describe algo con frías palabras que deshumanizan y que toma al ser humano como un número, sin alma y sin sentimientos, o escribiendo para ser un buen tema para dormir y no para soñar. Sigue leyendo

Biografía de dos importantes agrónomos sevillanos de la Edad Media: Abu Zacaria Iahia y Aben Hajáj

Con la esperanza de que todos los corruptos den con sus huesos en la cárcel y que no salgan nunca de ella.

Carlos AzcoytiaEn todos los tiempos, por diversas razones, la humanidad pasó hambre de forma cíclica, entre las causas más importantes estaban los cambios climáticos, tanto por las sequías como por los fríos o lluvias excesivas que arruinaban las cosechas; las guerras dejaban los campos sin plantar, sin recoger o incendiados en una táctica de tierra quemada. Las epidemias, tan recurrentes en el pasado, hacían que faltara la mano de obra para cuidar las labranzas y donde casi desaparecían las infraestructuras básicas para abastecer a los núcleos urbanos o faltaba el personal necesario para el trasporte o la manufactura de alimentos. Por último, otra de las causas, eran las plagas, como la langosta, que arrasaban todo.

Aquel estado de cosas, que se reflejaba en la idea o creencia de achacar todos los males a los castigos divinos en la Edad Media, donde se plasmaban en un cataclismo total en la conjunción de todos ellos, ‘los Cuatro Jinetes del Apocalipsis’, hicieron que se radicalizaran las religiones hasta extremos insospechados para una persona de nuestro tiempo. Fue la falta de pensadores con una visión racional, amplia y razonada del entorno la que dio lugar a atrocidades y auto culpabilidades o exculpaciones, inexistentes en la mente de un contemporáneo. La ignorancia de la mayoría, sabiamente aprovechada, pudo hacer que los pueblos vagaran por la senda de la barbarie o se cohesionaran en torno a aquellos que los manipulan y les hacían ver que eran diferentes, estando entre ellos las religiones, el idioma o el color de piel, todo lo que podía diferenciar el ‘nosotros’ del ‘ellos’ de forma clara. Sigue leyendo

Historia del pan en Al-Ándalus (Andalucía, España)

A José Tovar Portela maestro panadero de Sevilla (España)

El presente trabajo es una ampliación y actualización de otro del mismo autor de fecha Diciembre de 2006

Carlos AzcoytiaDesde que el ser humano descubrió la forma de hacer el pan en Mesopotamia hace milenios, ver nuestro monográfico, todas las civilizaciones del planeta han subsistido gracias a tener como base de su alimentación los cereales, dependiendo del lugar geográfico el tipo de ellos fue y es distinto, de modo que en Oriente se utilizó el arroz, en América el maíz y en el Medio Oriente, norte de África y Europa el trigo, la avena o la cebada.

Ya publicamos en nuestro sitio varios monográficos, que de por sí ya forman un libro extenso de su uso y forma de hacerlo, deteniéndonos aquí en un momento clave de la historia de España y por ende en la de Europa, África y América que se desarrolló pocos años después gracias, pese a quien pese, al conocimiento que nos dejaron los árabes en su invasión de casi ochocientos años y donde españoles, porque, insisto, eran quizá más españoles que muchos en el momento actual, hicieron florecer la cultura en todos sus aspectos bajo la bandera del islam y que la religión cristiana intentó ocultarlo posteriormente, pese a todas las evidencias, sin darle el reconocimiento que se les debía.

Gracias a estos pueblos invasores hoy conocemos el arroz, el azúcar, el café y la forma de cultivar los productos de la huerta, entre otros muchos y que hoy nos pueden parecer que siempre nos pertenecieron. Sigue leyendo