Historia de Francisco de Cuéllar y el hambre tras la catástrofe de la Armada Invencible

Martha Delfin GuillauminHace unos años escuché en un programa de televisión una información interesante, que la derrota de la Armada Invencible no fue provocada por la flota naval inglesa, sino por la Corriente del Golfo, entonces me enteré que se referían al Golfo de México y que esta corriente marina llega hasta Irlanda, en el Atlántico Norte, donde fue ese triste episodio en agosto de 1588.

Primero pensé que era la fuerza de las aguas cálidas de dicha Corriente lo que había ocasionado los hundimientos de las naves españolas, pero precisamente en esa época lo que había era una Pequeña Edad de Hielo que provocó que se interrumpiera la referida Corriente del Golfo. De hecho, el Canal de la Mancha reflejaba este cambio climático que fue el que propició los oleajes, las marejadas, que se describen en las narraciones de ese entonces. Sigue leyendo

Historia de los Pames (México) y su gastronomía, un pueblo originario chichimeca

Martha Delfin GuillauminResulta interesante pensar que los términos que ahora se emplean para denominar grandes áreas culturales de México, Mesoamérica y Aridoamérica, fueron acuñados por un antropólogo alemán, Paul Kirchhoff, en la década de 1940. Mesoamérica sería la parte central y meridional del actual territorio mexicano y una porción de Centroamérica. Antes y durante la llegada de los conquistadores españoles, en Mesoamérica se localizaban los pueblos originarios agricultores con impactantes urbes y espacios arquitectónicos, bellos códices y ceramios, textiles, orfebrería, trabajos artísticos de concha, poesía y excelente gastronomía.

En Aridoamérica, el área cultural al norte de Mesoamérica, se hallaban los indígenas seminómadas que se distinguieron por ser excelentes cazadores, pescadores y recolectores. Fueron temidos y respetados por su aguerrido proceder contra la entrada hispana que se efectuó desde mediados del siglo XVI. Se les llamaba chichimecas, nombre usado con sumo desprecio para calificarlos de bárbaros y salvajes; la voz significa, según Powell, “perro sucio e incivil”. Los habitantes de la Gran Chichimeca eran diversos pueblos indígenas entre los que se encontraban los pames, los guamares, los zacatecos y los guachichiles. En particular los pames pertenecen a la familia lingüística otopame. Gonzalo de las Casas, el supuesto autor de la obra Guerra de los chichimecas (1574-1580), informó que la palabra “pame” significaba “no” en su idioma, y que se les dio dicho nombre porque la decían muy frecuentemente, seguramente, pienso yo, porque con ella expresaban su objeción a ser conquistados.[1] Digo supuesto porque investigadores como Alberto Carrillo Cázares sostienen que el sacerdote agustino fray Guillermo de Santa María fue el verdadero autor de dicha obra.[2] En cuanto el término pame, ellos prefieren el etnónimo xi’ui (“indígena”) para autonombrarse. Sigue leyendo

Los Mascogos, unos breves comentarios sobre su historia y comida tradicional

Martha Delfin GuillauminHace años, en 1987, cuando estudiaba la carrera de Etnohistoria en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, tuve la clase de Etnografía de México y me llamó la atención que la profesora que dictaba la clase sólo considerara a los Kikapúes del Estado de Coahuila como indígenas de este país, no tomando en cuenta a los otros que yo creía que sí lo eran, es decir, los Mascogos. Grande fue mi sorpresa al enterarme de que éstos no eran reconocidos como miembros de ningún pueblo originario de México en aquel entonces. Tuvieron que pasar más de dos décadas para que esta situación de reconocimiento cambiara a favor de los Mascogos. Sigue leyendo

Un breve comentario sobre la cocina indígena en Durango

Martha Delfin GuillauminHace años, en camino desde Chihuahua hacia la ciudad de Puebla, nos detuvimos con mis padres y hermanos en Chupaderos, un pueblito muy peculiar del Estado de Durango, y es que era uno de los lugares en donde se filmaban y continúan filmándose películas de vaqueros, las western, y parecía que el lugar nos transportaba a tiempos remotos. Las imágenes que guardé en mi memoria son las de ese poblado, los paisajes de valles y montes, así como de los souvenirs en los que se incluía a los famosos alacranes de esa provincia, claro, colocados adentro de la base de un cenicero de vidrio para el turista.

Durango se encuentra en el norte de México y por mucho tiempo se creyó erróneamente que en su área, al igual que en todo el septentrión mexicano, no había vestigios de culturas antiguas. Sin embargo, ahora se sabe “que hay sitios, entre ellos el de La Ferrería, con materiales que indican que Durango tuvo una larga y continua ocupación humana. En aquel amplio territorio habitaron grupos sedentarios, además de muchos otros nómadas y seminómadas, es decir, con diversos grados de tecnificación y adelanto.” [1] Actualmente, en Durango y las provincias limítrofes hay cinco pueblos indígenas muy importantes, a saber, los tepehuanos, los rarámuri, los coras, los huicholes y los mexicaneros. Los límites de esa provincia hacen que varias entidades compartan a las comunidades de estos pueblos originarios, es decir, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Zacatecas y Nayarit. Sigue leyendo

Un breve recorrido por la cocina prehispánica y novohispana: las estufas y los utensilios para cocinar

El comal le dijo a la olla:
oye olla, oye, oye… (1)

Martha Delfin GuillauminHace años, conversando con un funcionario de Sonora, me contó que en la década de 1970 habían llevado estufas a los indígenas seris para que cocinaran con más facilidad, pero que éstos no las utilizaron por obvias razones, no estaban acostumbrados a usarlas, preferían los fogones al aire libre, y es que habría que recordar que en Sonora hace mucho calor, demasiado. Tanto es así que la broma es que si tienes hambre, rompas un huevo sobre el cofre del auto y se cocinará enseguida.

Luego me vine a vivir a la Ciudad de México y fue entonces que conocí la manera como se aprovechan los anafres para cocinar, no en todas las casas del centro del país se usan las estufas de gas o las eléctricas, en las de los campesinos podemos ver dichos anafres y los comales para cocinar. Esto también ocurre en la calle, es decir, las personas que ofrecen allí sus comidas emplean los anafres para preparar y calentar los alimentos como los tamales, los tacos o los atoles. Y es que vale reflexionar acerca de los utensilios y los muebles de cocina que desde antiguo se han empleado y se siguen empleando en México, como serían los mencionados anafres y los comales. Sigue leyendo