Historia de la alimentación de los indios en las colonias americanas españolas

A nuestro compañero Roberto Xalabarder Coca que nos dejó desamparados. R.I.P.A.

Deconstruyendo la leyenda negra 

Contextualización.

Si entendemos como colonización a un grupo de personas de un mismo origen geográfico, de una misma etnia o religión que se instalan en un lugar distinto al suyo originario, no tendremos dudas qué los españoles lo fueron, pero cuando dicha colonización se prolonga en el tiempo hay un momento en el que las segundas, terceras, etc. generaciones, pese a tener la nacionalidad de la metrópolis, ya no se sienten identificadas con su lugar de origen, en especial cuando existe una amalgama de personas de origen dispar, no hay que olvidar que los primitivos nativos, los españoles y otros de muchos de países, como europeos, esclavos negros y en menor medida orientales, compusieron esa nueva sociedad que llegó a tener trescientos años desde su fundación hasta su emancipación, haciendo que sintieran esa patria como algo abstracto, distante y opresiva.

No me canso de decir que para estudiar el pasado hay que saber contextualizarlo, no podemos hacer juicios sin poder comprender la historia en el momento en que se produjeron los hechos y para ello aconsejo leer mi trabajo, que pese a tratar sobre el pescado, si se sabe leer, se llegará a entender el concepto y que está en La historia de la ecuación espacio/tiempo en la gastronomía del pescado.

En la mente de todos los países y sus gobernantes, desde la más remota antigüedad, cuando un territorio era invadido y/o conquistado pasaba a formar parte o se integraba al territorio del ganador, de ahí que desde el primer momento todas las nuevas tierras americanas fueron incorporadas a la corona y sus habitantes, por tanto, tenían la nacionalidad como un ciudadano cualquiera del reino, algo que veremos más adelante. Sigue leyendo

Reseña del libro mexicano Mujeres construyendo un mundo: las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla, Rosa María Garza Marcué y Cecilia Vázquez Ahumada

El presente texto forma parte de la Colección Cofradía Gastronómica, publicado por la Secretaría de Cultura, INAH y BUAP, México, 2017.

He tenido la oportunidad de leer este estupendo libro del que ahora ofrezco una reseña a los lectores de Historia de la Cocina y la Gastronomía confiando que podré dar a conocer varios de los interesantes aportes que proporciona acerca de las recetas de cocina en un antiguo convento de la ciudad de Puebla en México, particularmente las del siglo XIX y principios del XX.

Las autoras de Mujeres construyendo un mundo: las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla, Rosa María Garza Marcué y Cecilia Vázquez Ahumada, dan a conocer la manera como se acercaron a esta investigación documental y etnográfica de un archivo que permaneció cerca de 60 años sin ser estudiado, el del exconvento de Santa Mónica, convertido en un museo de arte religioso desde 1935.

El libro se divide en tres capítulos, un apéndice, glosario y bibliografía. En el primer capítulo, Distintas dimensiones que hacen de la comida un fenómeno cultural: la identidad, el patrimonio, el género, la historia y las recetas, Garza Marcué y Vázquez Ahumada ofrecen una excelente y profunda información sobre los diversos enfoques antropológicos acerca de la gastronomía y los autores que la abordan como Janet Long Solís o Sidney W. Mintz, quien dice que “La comida genera en las personas sentimientos intensos, emociones; es una actividad vibrantemente cultural”, p. 18. Sigue leyendo

Alimentos empleados como medicamentos en el Nuevo Reino de Granada. SIGLO XVIII

Cecilia Restrepo

Interesada en los productos alimenticios que se utilizaban como medicamento en épocas anteriores, recurrí al  libro de La Terapéutica en el Nuevo Reino de Granada. Un recetario franciscano del siglo XVIII escrito por el Botánico Santiago Diaz Piedrahita y el reverendo padre Juan Carlos Mantilla. O.F.M., dichos escritores son dos eminentes investigadores, y me decidí a hacer una reseña de la obra y al mismo tiempo un recuento de estos comestibles que se usaron para aliviar y hasta  curar enfermedades.

El libro es un recetario franciscano, posiblemente,  del siglo XVIII recuperado por los escritores en el Archivo provincial de la orden seráfica, donde  encontraron un manuscrito que figuraba como Recetario Franciscano o vademécum. No se conoce con exactitud el  creador del recetario, tal vez,  fue hecho por un fraile de esta comunidad que conocía la medicina popular.

El contenido revela  la cultura médica de la época, especialmente la medicina de España sustituyendo, en cierta medida, los aportes  de la indígena, sin embargo, los procedimientos médicos aplicados en esta obra eran una combinación de la tradición indígena, la española más la innovación del médico tratante quien acostumbraba registrar su comentario en las prescripciones. Para este momento se creía que las alteraciones de los humores del cuerpo eran las responsables de las diversas modificaciones de la salud, y se regían por este saber. (Diaz.2002:20, 49) Sigue leyendo

La ‘casi’ historia de los puerros

Cuando se llevan tantos años investigando la historia de los alimentos y de la cocina, o los distintos tipos de cocción, se llega a conclusiones que pueden distar mucho del interés general; se minimiza la importancia del ‘donde’ por la del ‘cuando’, de modo qué llega a tener una jerarquía nimia el saber, por ejemplo, de ‘¿donde es originaria una planta?’ para trocar la pregunta por la de ‘¿desde cuándo se come?’, sin despreciar, eso sí, la respuesta a la primera pero que pasa a ocupar un segundo término. La razón para dicho ‘desorden’ es fácil de entender, todo producto que se consume dentro de un área determinada durante miles de años hace muy difícil, por no decir imposible, un seguimiento de su origen, de modo que para llegar a una imprecisa, y a veces errónea, ubicación es mejor pasar de puntillas sobre el tema y concentrar nuestras energías en aquello que sí tiene importancia y de camino no se confunde a la persona de buena fe que me lee.

Por otra parte la ingesta de alimentos, como su producción e integración en la dieta, no es algo caprichoso, salvo en épocas de hambrunas, ya que obedecen más a intereses culturales, comerciales, políticos y sacramentales, desechando unos a favor de otros y modelando el gusto de la población, ejemplo de ello lo podríamos tener en el área mediterránea con la verdolaga o la chirivía, entre otros muchos. De igual forma ciertos alimentos, por pertenecer a  la ‘escala inferior’ de importancia dentro de la cocina, se hace imposible seguirles la pista en su implantación o haciendo muy difícil su seguimiento, debiendo recurrir más a la arqueología que a las citas escritas, son en realidad alimentos sin historia, o con ella muy reciente, y llenos de prehistoria. Sigue leyendo

Historia de un alimento en extinción: la tortuga de mar

A  todos los Donald Trump con el deseo que se extingan como las tortugas de mar

“La carne de esta Tortuga es tan delicada como la mejor ternera, y principalmente se aprecia aquella porción que está debajo de lo que se llama peto ó concha inferior, que es la del vientre, sobre la cual se dejan tres ó cuatro dedos de carne con toda la grasa que tiene, que es de un color verde. Todo el peto se mete en el horno, y se cubre con zumo de limón y diferentes especias. En cuanto á las otras partes de la Tortuga libre hay distintos modos de prepararlas; y aun los intestinos y las patas son tenidos por manjares delicados.

En general, la carne de esta Tortuga es muy sana y fácil de digerir, aunque muy substanciosa”.

Quien dijo esto, en 1788, no fue otro que el médico y naturista francés Louis Jean Marie Daubenton (1716-1799), uno de los más importantes biólogos de su época, compañero del más notable de todos, Georges Louis Leclerc (conde de Buffon) y qué de dicha unión nació el libro ‘Historia Natural de los Animales’.

La lectura en primer lugar de un libro científico era la de dar idea de la importancia que se le concedía a la carne de tortuga en los siglos XVI hasta el XX principalmente y que llevaron a casi la extinción de dichos animales en una depredación por parte de los humanos casi sin precedentes, como veremos a lo largo del presente trabajo, si tiene la paciencia de leerme.

Resulta extraño el no encontrar datos significativos de su consumo como alimento en la antigüedad, en parte porque iba en contra de preceptos religiosos, como el judío, y todas sus franquicias, que prohibía su consumo, y quizá, también, porque al ser las navegaciones costeras el abasto de los barcos estaban más o menos garantizados, siendo en la época de los grandes descubrimientos de nuevas tierras cuando su carne se revaloriza y se pone de moda ante la creencia, justificada, de que dichos reptiles curaban la terrible enfermedad del escorbuto en las largas travesías oceánicas. Sigue leyendo