Vegetales tóxicos para cenar: ¿peligro, o necesidad?

ainaartiÉrase una vez un jardín de inimaginable belleza y abundancia. Gozaba de un clima perennemente benévolo, con árboles cuyas ramas cuajadas de frutos jugosos regalaban a los moradores del vergel toda clase de dulces alimentos. Las espigas enrubiaban todo el año en una cosecha perpetua, las mazorcas de maíz maduraban continuamente.

Todos los vegetales del jardín existían con un único propósito: cubrir toda necesidad de sus habitantes, alimentándolos, vistiéndolos, recreando sus sentidos.

Esos dichosos habitantes, siento decirlo, no somos nosotros.

Y ese jardín es un mito, como también lo es la idea de que los vegetales estén aquí para servirnos, o para cumplir nuestros deseos.

Las plantas están aquí para sobrevivir y reproducirse, como todo hijo de vecino. No tienen el más mínimo interés en ayudarnos, p. ej. alimentándonos, de forma altruista o desinteresada; al fin y al cabo, ¿por qué deberían hacerlo? Sigue leyendo

Los trigos: una historia muy enredada

ainaartiLas culturas del Mediterráneo somos herederas de una larga tradición, casi obsesión cerealística que lleva milenios en marcha. Desde su cuna en el Oriente próximo, poco podían imaginarse los antepasados salvajes de la cebada, de los trigos o del centeno, que terminarían por dominar buena parte del mundo.

Son infinitamente versátiles, capaces de encarnarse igual en un plato de macarrones que en una crêpe o un chapati, tanto les da un plato de gachas o una hogaza de pan.

Bueno, igual igual, no.

Pues los cereales no nacen todos iguales ante los fogones, y no todas las recetas les calzan a la perfección—o, como mínimo, los resultados no se parecen demasiado.

(si alguien lo pone en duda, puede probar una rebanada de pan de centeno, y otra de pan moreno; vuestro paladar os cantará las diferencias a voces).

A partir de ahí, cada cultura ha construido su propia idea de gastronomía sobre la realidad de los cereales que tenía a su disposición. Ha decidido qué cereales eran dignos de ser comidos, y cuáles no eran más que forraje para bestias. Ha diseñado jerarquías sociales, y asignado a cada una de ellas unos alimentos propios y característicos, o bien distintos modos de preparar los mismos alimentos. Sigue leyendo

Historia del arroz y de la paella valenciana (monográfico)

 Un país donde todos los partidos políticos están inmersos en el robo institucionalizado, la justicia es lenta e injusta, los sindicatos están llenos de barro por su inoperancia y acusaciones de corrupción, las promesas electorales no se cumplen y el dinero robado no se devuelve, llevando a todos a la pobreza, no es democracia, lo que obliga a sus ciudadanos a la desobediencia civil y es el germen de una revolución, todos contra el sistema viciado en el que nos obligan a vivir.

Carlos AzcoytiaSiempre tuve una deuda, en el terreno de la investigación, con la gastronomía del levante español, ya que por mis venas corre, en un cincuenta por ciento, sangre mediterránea.

El presente estudio es una recopilación de todos mis trabajos dedicados a la historia del arroz en Europa, centrándome especialmente en España, pionera en éste tipo de cultivo, y principal abastecedora de dicho cereal desde la dominación árabe,. así cómo el primer alimento que llegó a América de la mano de los españoles, incluso antes que el trigo, y que sería el complemento final del presente trabajo, algo que puede leer en la ‘Historia de los alimentos que llevaron los españoles a América’.

Creo que este monográfico es el más extenso y documentado que existe, al menos hasta hoy, en Internet y de los más completos que se han publicado a nivel general en cualquier formato, por lo que ruego que se respeten los derechos de autor, ya que es un trabajo de muchos meses de investigación, independientemente de cometer un delito penado por las leyes internacionales. Sigue leyendo

Crónica de un banquete de Napoleón en Egipto rescatado para la historia

 

Carlos AzcoytiaLa historia está llena de banquetes y comilonas, unas importantes y otros menos, pero todos nos muestran el poder que tenía el que lo organizaba y también los recursos con los que se contaban o la forma de presentar los alimentos.

En el caso que nos ocupa es un hallazgo casual con el que topé cuando buscaba información sobre los sorbetes de café, que serviría para ampliar el monográfico que estoy elaborando sobre la historia del café (ver links a los capítulo que hay publicados hasta hoy al pie de este trabajo) y que rescata para la historia de la gastronomía el que le ofreció a Napoleón, en el Cairo, el jeque Sadat, el 22 de diciembre del año VII francés (1798) con motivo de la fiesta de Segdat-Seimab (mujer santa de la familia de Alí, yerno de Mahoma). Sigue leyendo

La verdadera historia del café. Comienza la historia y termina la leyenda

Carlos AzcoytiaEsta serie dedicada a la historia del café es consecuencia de las investigaciones que estoy llevando a efecto y que servirán de base para mi conferencia en los Cursos de Verano de la Universidad de Cádiz que dictaré el próximo 1 de julio del presente año.

Para leer el primer capítulo presione aquí

No estuvo mucho tiempo el café permitido, que como en todo las religiones, si ven que las personas disfrutan de algo o consideran que es bueno de inmediato anatematizan y condenan a aquellos con la intención de medrar en las conciencias, metiéndose en nuestras intimidades, gustos e incluso en nuestras camas para reprimir todo lo que pueda ser placentero, consiguiendo de esta forma la sumisión de los pobres de espíritu y llegando a asesinar, en nombre de sus dioses, a todo aquel que no se amolde a sus exigencias y pese a todo esto hay millones de seguidores, por lo que deduzco que el ser humano es masoquista por naturaleza. Sigue leyendo