Historia de la comida regional de Colima, México

<Quisiera ser pescadito (…) para alcanzar  esa barca donde se embarcó mi amor>

Son de La Higuera [1]

Martha Delfin GuillauminColima es una provincia mexicana muy bella, en particular, al visitante pueden llamarle la atención las buganvilias y sus diversos colores, sobre todo las claritas que parecen de terciopelo. También gozará de la vista de sus volcanes y montañas, como el Volcán de Colima que es famoso porque todavía está activo. De igual forma podrá disfrutar de las playas del Pacífico como la de Manzanillo o la de Cuyutlán que tiene un campamento ecológico tortuguero.

La Colima prehispánica forma parte de la Culturas del Occidente de México. Se halla entre su riqueza patrimonial a la cerámica de los perritos de barro que es tan peculiar porque los representa de una manera muy graciosa, gorditos de la panza, a veces sosteniendo una mazorca de maíz en el hocico. En ese entonces se creía que los perros eran los acompañantes de las personas muertas para llegar a su destino, pero igual formaban parte de la dieta de los vivos, como ya lo hemos comentado en otro de nuestros escritos de esta revista. Sigue leyendo

Historia del azúcar en Perú (complemento a la historia del azúcar mundial)

 

Carlos AzcoytiaEn nuestro trabajo dedicado a la historia del azúcar hay un apartado dedicado a un empresario peruano que fue el que implantó la industria azucarera en dicho país, ahora, en este trabajo, quiero mostrar los antecedentes de las plantaciones de caña y su frustrada elaboración, algo que muy pocos saben, ni tan siquiera los peruanos.

Encontré una carta fechada en 1804, firmada por un anónimo hacendado de Lima, que publicó el Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos de fecha jueves 5 de julio de 1804, que llevaba el título: “De los medios de mejorar en Lima la fabricación del azúcar” y donde se ponía de manifiesto los problemas que tenían a la hora de conseguir tan preciado producto y su comercio en Chile, Guayaquil e incluso en Buenos Aires.

En primer lugar hacía un bosquejo de las inversiones anuales, sobre 22.000 pesos, que se gastaban en administración, sustento, vestuario, curación, etc., de los esclavos negros, diciendo que toda esa inversión se malograba por perder la producción de azúcar, por no saber cuajarla, incluso llegaba a apostillar: “Me consta la general ignorancia que hay en una materia tan importante, así en cuanto a la elaboración del azúcar como en cuanto al mejor modo de refinarlo, cuya operación nos ocasiona aquí tanta pérdida que tenemos por mejor venderlo por la mitad de su precio que refinarlo”. Sigue leyendo

Historia de los Pames (México) y su gastronomía, un pueblo originario chichimeca

Martha Delfin GuillauminResulta interesante pensar que los términos que ahora se emplean para denominar grandes áreas culturales de México, Mesoamérica y Aridoamérica, fueron acuñados por un antropólogo alemán, Paul Kirchhoff, en la década de 1940. Mesoamérica sería la parte central y meridional del actual territorio mexicano y una porción de Centroamérica. Antes y durante la llegada de los conquistadores españoles, en Mesoamérica se localizaban los pueblos originarios agricultores con impactantes urbes y espacios arquitectónicos, bellos códices y ceramios, textiles, orfebrería, trabajos artísticos de concha, poesía y excelente gastronomía.

En Aridoamérica, el área cultural al norte de Mesoamérica, se hallaban los indígenas seminómadas que se distinguieron por ser excelentes cazadores, pescadores y recolectores. Fueron temidos y respetados por su aguerrido proceder contra la entrada hispana que se efectuó desde mediados del siglo XVI. Se les llamaba chichimecas, nombre usado con sumo desprecio para calificarlos de bárbaros y salvajes; la voz significa, según Powell, “perro sucio e incivil”. Los habitantes de la Gran Chichimeca eran diversos pueblos indígenas entre los que se encontraban los pames, los guamares, los zacatecos y los guachichiles. En particular los pames pertenecen a la familia lingüística otopame. Gonzalo de las Casas, el supuesto autor de la obra Guerra de los chichimecas (1574-1580), informó que la palabra “pame” significaba “no” en su idioma, y que se les dio dicho nombre porque la decían muy frecuentemente, seguramente, pienso yo, porque con ella expresaban su objeción a ser conquistados.[1] Digo supuesto porque investigadores como Alberto Carrillo Cázares sostienen que el sacerdote agustino fray Guillermo de Santa María fue el verdadero autor de dicha obra.[2] En cuanto el término pame, ellos prefieren el etnónimo xi’ui (“indígena”) para autonombrarse. Sigue leyendo

Nuevos datos sobre la historia del tomate

Carlos AzcoytiaEste trabajo es para ampliar la historia del tomate, todo un descubrimiento muy importante y que debería haber investigado hace muchos meses, porque tenía los datos suficientes para hacerlo, pero otras investigaciones me lo han prohibido.

Los datos obtenidos pertenecen a un libro publicado en México en 1615 y que a su vez fue copia de otro escrito en latín por el galeno, botánico y ornitólogo Francisco Hernández de Toledo (1514 o 1517-1578) que fue enviado por Felipe II a Nueva España en 1570 para dirigir una expedición científica, nombrándolo Protomédico General de Nuestras Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

Embarcó con su hijo y recorrió Centroamérica durante tres años, estando la expedición formada por un geógrafo, pintores y médicos nativos. Hasta su vuelta en 1577 vivió en México estudiando el poder medicinal de las plantas y los animales, editando una gran obra a su vuelta que nuca llegó a ver hecha realidad por dos razones, la primera por su muerte y la segunda porque Felipe II envió los originales a un editor napolitano, Nardi Antonio Ricci, que también murió, lo que retrasó su publicación hasta 1631, sólo la versión abreviada, permaneciendo los originales en la biblioteca del Escorial, desapareciendo estos en el incendio de dicho edificio en el año 1671, toda una obra maldecida por lo que se ve. Sigue leyendo

Reseña de la cocina cubana

Cecilia Restrepo ManriqueEstuve unos días en la ciudad de La Habana, Cuba y compré el libro titulado “COCINA CUBANA Y COCTELERIA” escrito por Acela V. Matamoros master ella, en Ciencias, Gestión Hotelera e Ingeniera tecnóloga en Alimentación social y por Pedro R. Fabregat, graduado en gestión de bebidas y alimentos con diplomado en dirección de restaurantes donde ha trabajado. Advirtiendo que no soy experta en cocina cubana, me atrevo a hacer una reseña del texto y al mismo tiempo me baso en él para describir parte de esta cocina cubana. El libro me pareció interesante ya que inicia con una corta semblanza histórica sobre el desarrollo de esta alimentación, sus características y luego expone las recetas más típicas. Me voy a referir, en este artículo, a los platos más relevantes. Sigue leyendo