Los Mascogos, unos breves comentarios sobre su historia y comida tradicional

Martha Delfin GuillauminHace años, en 1987, cuando estudiaba la carrera de Etnohistoria en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, tuve la clase de Etnografía de México y me llamó la atención que la profesora que dictaba la clase sólo considerara a los Kikapúes del Estado de Coahuila como indígenas de este país, no tomando en cuenta a los otros que yo creía que sí lo eran, es decir, los Mascogos. Grande fue mi sorpresa al enterarme de que éstos no eran reconocidos como miembros de ningún pueblo originario de México en aquel entonces. Tuvieron que pasar más de dos décadas para que esta situación de reconocimiento cambiara a favor de los Mascogos. Sigue leyendo

Historia de la olla americana, una precursora de la olla exprés y la cocina al vapor

Carlos AzcoytiaA comienzos del siglo XIX se hizo famoso un invento norteamericano de múltiples utilidades en la cocina y que hoy lo podemos mirar con una sonrisa por lo complicado de su estructura y para qué hablar del diseño porque más nos puede parecer un aparato antiguo de laboratorio de química.

No voy, porque no me gusta estafar a mis lectores, a contar una historia de mentira sobre la cocina al vapor, que los hay que son para llorar de risa y como no saben recurren a los sufridos cuentos chinos, lo digo porque para justificar su invalidez mental achancan a los orientales cualquier invento y eso sí, para sentirse mejor y más ‘sabios’ cara a la galería, dicen que hace ya miles de años que lo descubrieron, como es este caso en concreto, claro está que no aportan nunca una referencia, ni tan siquiera medio fiable, que demuestren esos asertos porque lo mismo esos insensatos, si no saben algo, hasta se lo achacan a los extraterrestres y todo sin ruborizarse. Sigue leyendo

Un breve comentario sobre la cocina indígena en Durango

Martha Delfin GuillauminHace años, en camino desde Chihuahua hacia la ciudad de Puebla, nos detuvimos con mis padres y hermanos en Chupaderos, un pueblito muy peculiar del Estado de Durango, y es que era uno de los lugares en donde se filmaban y continúan filmándose películas de vaqueros, las western, y parecía que el lugar nos transportaba a tiempos remotos. Las imágenes que guardé en mi memoria son las de ese poblado, los paisajes de valles y montes, así como de los souvenirs en los que se incluía a los famosos alacranes de esa provincia, claro, colocados adentro de la base de un cenicero de vidrio para el turista.

Durango se encuentra en el norte de México y por mucho tiempo se creyó erróneamente que en su área, al igual que en todo el septentrión mexicano, no había vestigios de culturas antiguas. Sin embargo, ahora se sabe “que hay sitios, entre ellos el de La Ferrería, con materiales que indican que Durango tuvo una larga y continua ocupación humana. En aquel amplio territorio habitaron grupos sedentarios, además de muchos otros nómadas y seminómadas, es decir, con diversos grados de tecnificación y adelanto.” [1] Actualmente, en Durango y las provincias limítrofes hay cinco pueblos indígenas muy importantes, a saber, los tepehuanos, los rarámuri, los coras, los huicholes y los mexicaneros. Los límites de esa provincia hacen que varias entidades compartan a las comunidades de estos pueblos originarios, es decir, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Zacatecas y Nayarit. Sigue leyendo

Pequeña historia sobre la caza de ballenas y los salazones de pescados en unas órdenes secretas de Carlos III

 Carlos AzcoytiaEncontré un libro que se publicó cuando dejó de ser secreto de estado, cincuenta y dos años después de promulgarse, que contiene unas ordenanza o instrucciones internas para los distintos ministerios dictadas por orden de Carlos III y que fueron redactadas por el Primer Secretario de Estado, el conde de Floridablanca, José Moñino y Redondo, que arrojan mucha luz sobre la política exterior e interior del gobierno de aquella época.

Estas instrucciones reservadas emanaban de un Decreto de Carlos III, de fecha 8 de julio de 1787, que se hicieron públicas en un libro, ver bibliografía, en el año 1839 con la anuencia del nieto de quien las redactó y en cuyo poder estaba el original, el marqués de Miraflores y conde de Floridablanca. Sigue leyendo

La escasez de alimentos en la Guerra de Independencia de Cuba

 

Ismael SarmientoDurante las guerras independentistas cubanas (1868-1898) los usos y costumbres alimenticias de la Isla, hasta entonces de muy poca variación en los campos y ciudades, quedan alterados. El hecho bélico mismo, de marcada incidencia en las transformaciones económicas, sociales y políticas, hace que este y otros actos de la cultura material y espiritual se modifiquen a partir del 10 de octubre de 1868. Necesariamente, se revitalizan las primitivas dietas del cubano y se da, de forma espontánea, la conciliación –y en otras la fusión– de los diferentes usos y costumbres que se practican en la compleja sociedad cubana de siglos atrás. También se dan otros resultados novedosos y enriquecedores que suman y modifican los hábitos culinarios; y no sólo repercute en la forma de alimentarse de los miembros del Ejército Libertador de Cuba y del conjunto de la población rural –principales víctimas del hambre en esos años– sino también entre los miembros del Ejército español, fundamentalmente en las columnas de quintos que marchan de operaciones y concluyen a los pocos días careciendo de los recursos de boca necesarios. Si hasta entonces la vida en los campos y ciudades varía muy poco, y la alimentación es símbolo clasificatorio de las distintas clases o estamentos sociales, a partir de 1868, con el inicio de la Guerra de los Diez Años, en precarias condiciones y con el ya devastado entorno ecológico, la vida en Cuba, sus usos y costumbres, comienza a experimentar visibles modificaciones en el consumo alimenticio. Sigue leyendo