Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Aguas de claveles aromatizada, de melisa o toronjil y cordial de Dubuisson

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un trabajo el modo de hacer estos tres licores, el agua de claveles aromatizada con clavos y especias, el agua de melisa o de toronjil y el agua cordial de Dubuisson.

Agua de claveles aromatizada con clavos de especia.

Se toman 20 libras de hojas de claveles frescos y cogidos por la mañana, de un color encarnado obscuro y bien olorosos; se machacan en un mortero de piedra con una libra de sal común, hasta que formen una pasta: ésta se deslíe en cuatro azumbres de agua de rio, y se la deja en infusión hasta que el líquido adquiera uno o dos grados de calor más que la atmósfera: entonces se le exprime fuertemente, y se pone el líquido en la cucúrbita. Sigue leyendo

Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Perfecto amor, agua de azahar y de rosas

 

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un trabajo estos tres licores, el famoso francés ‘Parfait amour’ y las aguas de azahar y de rosas, distintas  a los aceites.

Perfecto amor

Este licor no se diferencia del agua de cidra, sino en el color encarnado que se le da por medio de la cochinilla. Así cuando se quiera componer el perfecto amor, redúzcanse dos onzas de cochinilla a polvo grosero, y échense en el espíritu aromático de la cidra; déjesela en infusión siete u ocho días; remuévase dos o tres veces al día; después que haya reposado algún tiempo, trasiéguese por inclinación; y sobre el sedimento de la cochinilla échense tres cuartillos de agua de toronjil , y uno de agua de azahar. Al cabo de dos o tres días se mezcla esta tintura con la primera, y el todo con el jarabe, agregándole la misma cantidad de zumo de limón que para el agua de cidra. Sigue leyendo

Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Aceite de siete granas, de rosoli y de cidra

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un trabajo estos tres licores, el de siete granas o simientes, el famosos rosoli y el de cidra, siendo estas sus fórmulas dignas de ser resucitadas y comercializadas, entre tanto el lector puede hacerlas en su casa, es fácil.

Aceite de las siete granas o simientes

Júntense cuatro onzas de anís, dos onzas de simiente de angélica, dos de alcaravea, dos de comino, seis de cilantro, cuatro de hinojo, y dos de eneldo, macháquense en un mortero o almirez, y pónganse con cuatro azumbres de espíritu de vino común en una cucúrbita; arrímese ésta al fuego en baño maría, cúbrasela con cabeza ciega, y manténgase el liquido a los 71 grados de calor por espacio de dos días, y al cabo de ellos añádase azumbre y medía de agua tibia que se echará por el tabulo de la cucúrbita; por el mismo se introducirá un junquito para menear bien la mezcla, y continuará algún tiempo la infusión en los mismos términos que antes. Después se procede a la destilación, y se deja correr el líquido hasta el grado de calor del agua hirviendo. Sigue leyendo

Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Aceite de claveles y de café

Sólo la revolución puede sanar el cáncer que padece esta democracia que agoniza, la ciudadanía debe de tomar la bandera de lo que los políticos y sindicatos están matando.

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un mismo artículo estos dos licores, el de claveles y el hecho con café que debe de ser una delicia probarlos, siendo estas sus fórmulas.

Aceite de claveles.

Para la destilación se hace uso solamente de claveles encarnados obscuros que tengan olor de clavo: a las flores se las quitan sus pistilos, y doce libras de ellas se ponen en una vasija de barro con cuatro azumbres y media de aguardiente refinado. La vasija se tapa con exactitud y se dejan en infusión las flores por espacio de un mes. Entonces se pasa el licor por un tamiz, y lo que quede sobre él se pone en una cucúrbita con dos azumbres o poco mas de agua de fuente, y puesta al fuego en baño maría, se destila hasta el grado del agua hirviendo: este producto se mezcla con la tintura espirituosa, echándole al mismo tiempo media onza de canela. Un mes después de esta operación se pasará a componer el aceite. Para lo cual se harán clarificar y poner en punto tostado 21 libras de azúcar, y se expondrá el jarabe al aire libre por espacio de cinco o seis días, después se deslié en un azumbre de agua destilada de clavel aromatizada con clavo, y se le mezcla la tintura espirituosa; se remueve fuertemente la mezcla, se pone en botellas grandes, se le deja reposar por espacio de quince días, y se le filtra y aclara por el método ya prescrito. Sigue leyendo

Modo de hacer aguardientes en el siglo XVII: Aceite de vainilla y aceite de rosas

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer..

Comprendemos bajo un mismo artículo estos dos licores, el de vainilla y el hecho con rosas que debe de ser una delicia probarlos, siendo estas sus fórmulas.

Aceite de vainillas

La mejor vainilla es la que viene de México; y aunque por el color apenas se la puede distinguir de la del Perú, el olor de la primera es siempre más fino y penetrante. Sigue leyendo