Encontré una publicación de fecha jueves, 12 de abril de 1798, cuyo autor fue el cura del pueblo de Montuerga (Madrid) donde cuenta de forma, más o menos bucólica, como se plantaba y recogía el azafrán y que por su interés histórico, ya que haré varios trabajos sobre esta planta, creo imprescindible de transcribir porque pertenece al pasado de la agricultura, la alimentación y la medicina española, dejando para más adelante los aspectos técnicos y diciendo únicamente que el origen de la palabra es oriental y adelantando lo que dice la R.A.E.: «Planta de la familia de las Iridáceas, con rizoma en forma de tubérculo, hojas lineales, perigonio de tres divisiones externas y tres internas algo menores; tres estambres, ovario triangular, estilo filiforme, estigma de color rojo anaranjado, dividido en tres partes colgantes, y caja membranosa con muchas semillas. Procede de Oriente y se cultiva en varias provincias de España«.
Archivo de la categoría: España
La picante historia del ajo
Decir que el ajo es un inseparable compañero de la humanidad no es algo fuera de lugar, incluso se puede decir que la farmacopea de la antigüedad le debe mucho, ya que estaba considerado un magnífico funguicida y antiséptico entre otras muchas cualidades.
También a lo largo de la historia tuvo muchos detractores para llegar a nuestros días como un condimento muy apreciado en toda la cocina mediterránea durante más de cuatro mil años.
Alimentación en las cárceles españolas según las distintas culturas y creencias religiosas
El presente trabajo fue publicado con anterioridad en la Revista de Estudios Penitenciarios Nº 255-2011
Cambios adaptativos en los hábitos alimentarios en un Centro Penitenciario según el grupo cultural de procedencia
La alimentación ofrece un campo de estudio de enorme interés, pues permite analizar meticulosamente las relaciones entre lo natural y lo social, entre el cuerpo y el pensamiento. El hecho de comer está indisolublemente ligado tanto a la naturaleza biológica de la especie humana como a los procesos adaptativos empleados por las personas en función de sus particulares condiciones de existencia, variables, por otra parte, en el espacio y en el tiempo. Las prácticas alimentarias son, en definitiva, una parte integrada de la totalidad cultural ya que nos introduce en la investigación de la cultura en su sentido más amplio. Los comportamientos socioculturales que determinan la alimentación humana son poderosos y complejos: las gramáticas culinarias, las categorizaciones de los diferentes alimentos, los principios de exclusión y de asociación entre tal y cual alimento, las prescripciones y las prohibiciones dietéticas y/o religiosas, los ritos de la mesa y de la cocina, etc., todo ello estructura las comidas cotidianas. En definitiva, alimentarse es una práctica que se desarrolla más allá de su propio fin y que sustituye, resume o señala otras prácticas sociales.
La presente investigación pretende ser una aproximación a las prácticas alimentarias que se construyen en una Institución cerrada, en concreto en un Centro Penitenciario.
Historia del al-Ajú(r) o alfajor, un dulce de Navidad
Dedicado a mi amigo y compañero José Enrique González Palma
El maestro de la novela picaresca del Siglo de Oro español, Mateo Alemán (1547-1615), en su obra cumbre ‘Guzmán de Alfarache’, en el libro III, capítulo II, hace mención al alfajor cuando el pícaro Guzmán, en Roma, cuenta: «Lo que más llegaba eran pedazos de pan. Este lo vendía y sacaba de el muy buen dinero. Comprábame parte dello personas pobres que no mendigaban; pero tenía la bola en el emboque. Vendíalo también a trabajadores y hombres que criaban cebones y gallinas. Mas quien mejor lo pagaba eran los turroneros, para el alajúr o alfajor, que llaman en Castilla«.
Historia de la alimentación de los monjes trapensesen la España del siglo XIX
Hay un hecho en la historia de España muy poco conocido y que merece especial atención, me refiero a la orden de los cistercienses que se afincaron en nuestro país una vez que fueron expulsados de Francia primero y de Suiza después.
La Orden de la Trapa, como se llamaron, pasó serias vicisitudes en España ya que les fue asignado un convento, el de Santa Inés en Murcia, para después decirles que era muy valioso y que le cedían otro, totalmente ruinoso, el de Escarpe, en las inmediaciones de las localidades de Maella y Fabra en Aragón, que fue fundado en el siglo VI por los monjes benedictinos, sin entrar en otros detalles que escaparían al contenido de este trabajo. Sigue leyendo