Habiendo comenzado el estudio del consumo de carne en Sevilla, justo en el siglo del descubrimiento de América, de pronta publicación en nuestro sitio, me topé con unas Ordenanzas, de dicha ciudad dictadas por los Reyes Católicos, que contienen tanta información que merece un estudio pormenorizado para saber, entre otras cuestiones, el motivo de escoger Sevilla como centro y receptor único de todos los productos que iban y venían entre ambos continentes, así como las costumbres, modo de vida, leyes, producción, abastos de alimentos o distribución de ellos, antes y en el momento de la gran aventura, una de las mayores emprendida por la humanidad, de la conquista de tierras que suponían más de cincuenta veces el reino de donde procedían los españoles.
Sin llegar a comprender y conocer que ocurría en el punto de origen de las expediciones, con sus infraestructuras y abastos, se tendría una muy pobre idea de todo, como ha sido hasta ahora, que más se han primado las gestas y los personalismos, sin tener presente que nada de todo eso se habría conseguido sin una base estable donde apoyarse.
Por otra parte, si nos detenemos en las leyes que regían la caza nos llevaremos una sorpresa, porque, por el contrario a lo que muchos creían, no era privativo de los nobles, aunque es cierto que en algunos lugares tuvieran exclusividad al ser propietarios de las tierras. Sigue leyendo