Historia de los Pames (México) y su gastronomía, un pueblo originario chichimeca

Martha Delfin GuillauminResulta interesante pensar que los términos que ahora se emplean para denominar grandes áreas culturales de México, Mesoamérica y Aridoamérica, fueron acuñados por un antropólogo alemán, Paul Kirchhoff, en la década de 1940. Mesoamérica sería la parte central y meridional del actual territorio mexicano y una porción de Centroamérica. Antes y durante la llegada de los conquistadores españoles, en Mesoamérica se localizaban los pueblos originarios agricultores con impactantes urbes y espacios arquitectónicos, bellos códices y ceramios, textiles, orfebrería, trabajos artísticos de concha, poesía y excelente gastronomía.

En Aridoamérica, el área cultural al norte de Mesoamérica, se hallaban los indígenas seminómadas que se distinguieron por ser excelentes cazadores, pescadores y recolectores. Fueron temidos y respetados por su aguerrido proceder contra la entrada hispana que se efectuó desde mediados del siglo XVI. Se les llamaba chichimecas, nombre usado con sumo desprecio para calificarlos de bárbaros y salvajes; la voz significa, según Powell, “perro sucio e incivil”. Los habitantes de la Gran Chichimeca eran diversos pueblos indígenas entre los que se encontraban los pames, los guamares, los zacatecos y los guachichiles. En particular los pames pertenecen a la familia lingüística otopame. Gonzalo de las Casas, el supuesto autor de la obra Guerra de los chichimecas (1574-1580), informó que la palabra “pame” significaba “no” en su idioma, y que se les dio dicho nombre porque la decían muy frecuentemente, seguramente, pienso yo, porque con ella expresaban su objeción a ser conquistados.[1] Digo supuesto porque investigadores como Alberto Carrillo Cázares sostienen que el sacerdote agustino fray Guillermo de Santa María fue el verdadero autor de dicha obra.[2] En cuanto el término pame, ellos prefieren el etnónimo xi’ui (“indígena”) para autonombrarse. Sigue leyendo

Nuevos datos sobre la historia del tomate

Carlos AzcoytiaEste trabajo es para ampliar la historia del tomate, todo un descubrimiento muy importante y que debería haber investigado hace muchos meses, porque tenía los datos suficientes para hacerlo, pero otras investigaciones me lo han prohibido.

Los datos obtenidos pertenecen a un libro publicado en México en 1615 y que a su vez fue copia de otro escrito en latín por el galeno, botánico y ornitólogo Francisco Hernández de Toledo (1514 o 1517-1578) que fue enviado por Felipe II a Nueva España en 1570 para dirigir una expedición científica, nombrándolo Protomédico General de Nuestras Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

Embarcó con su hijo y recorrió Centroamérica durante tres años, estando la expedición formada por un geógrafo, pintores y médicos nativos. Hasta su vuelta en 1577 vivió en México estudiando el poder medicinal de las plantas y los animales, editando una gran obra a su vuelta que nuca llegó a ver hecha realidad por dos razones, la primera por su muerte y la segunda porque Felipe II envió los originales a un editor napolitano, Nardi Antonio Ricci, que también murió, lo que retrasó su publicación hasta 1631, sólo la versión abreviada, permaneciendo los originales en la biblioteca del Escorial, desapareciendo estos en el incendio de dicho edificio en el año 1671, toda una obra maldecida por lo que se ve. Sigue leyendo

Historia del café y los cafés en España

Carlos AzcoytiaQuiero comenzar la historia del café en España haciendo referencia a un libro editado por la Imprenta Real en el año 1796 (ver bibliografía), escrito por el licenciado Antonio Lavedan, cirujano del ejército y de la familia Real española, que puede dar un cambio sustancial en la historia del café en lo referente a su llegada a Europa y demostrar su antigüedad, argumento corroborado por José Vilardebo y Moret un siglo después (ver bibliografía) y que cuenta en la Sección II, capítulo I lo siguiente, copiando casi íntegramente su comienzo: “El uso de la bebida del café está muy introducido en España, y particularmente en los puertos de mar; esta bebida es muy antigua y muy usada en otros reinos y provincias. A esta en Turquía llaman chova, y en toda Europa café. Algunos dicen que es el bunchon de Avicena, quien hace mención de él en el libro 2 trat.2 cap. 42 donde dice Bunchum est res delata Yamen. Otros aseguran que el primero que habló del café fue Zacarías Maomet Razes, el cual vivió en el siglo IX, después de haber nacido nuestro Señor Jesucristo, y que Maomet Razes es el médico que llamamos Rhasis. El Maestro Simón Januense, que fue subdiácono y capellán del Pontífice Nicolao IV en su Opúsculo o Alfabeto habla de este simple, donde dice, que en los libros de Almanzor en el capítulo de los Aromas, describe lo que es el bunchum, que es cierta semilla o simple que traen de Jamen, y que es cálida, y que en arábigo también se llama buncheum. Estas son sus palabras: Sigue leyendo

Historia de los métodos artificiales para criar a los niños en España a finales del siglo XVIII

 

Carlos AzcoytiaLeyendo un libro editado en 1795, cuyo autor fue Josef Iberti, Médico de Cámara Honorario de la Casa Real, e impreso en Madrid por la Imprenta Real, creí necesario para cerrar el monográfico dedicado a la alimentación infantil, al pie de este escrito podrá ir a otros trabajos relacionados, comentar dicho libro y así tener una visión amplia de las gracias y desgracias por las que tuvieron que pasar nuestros antepasados desde su más tierna infancia, porque soy de la opinión que no todo tiempo pasado fue mejor.

Si resulta interesante este libro es por la forma como Iberti aborda y desarrolla la alimentación infantil, algo que me dejó bastante sorprendido y que podrá comprobar si sigue leyendo el presente trabajo.

En primer lugar aconseja que si una madre no puede dar el pecho a su hijo, por las circunstancias que fueren, debe de recurrir, antes de hacerlo a un ama de cría escogida sin mucho examen, a alimentos artificiales, ya que vio, en sus viajes por Europa, como en Inglaterra lo hacían así, sin especificar los componentes que se utilizaban, por el contrario en Italia contaba que lo hacían con leche de cabra y ovejas en sus dos primeros meses, para después pasar a darles una papilla muy desleída de pan bien fermentado y hervido en agua con manteca de vaca, aceite o caldo de carne por cinco o seis meses hasta que podían ir comiendo otras cosas. Sigue leyendo

Una extraña ley para repoblar árboles frutales, las del Electorado de Sajonia entre 1700 y 1763.

 Carlos AzcoytiaLa historia, vista ‘a toro pasado’, puede llegar a sorprendernos y también hacernos comprender muchas cosas del presente, en este caso concreto sería como hacer catas en un terreno y descubrir los cimientos de un gran edificio, me refiero a los que sustentan la economía y la mentalidad alemana.

Nos trasladaremos imaginariamente al año 1700 y nos situaremos en uno de los estados que hoy forman la República Federal Alemana, en concreto el de Sajonia, que en ese momento salía de la devastación y el despoblamiento que produjo la Guerra de los Treinta Años y que bajo el mandato del luterano Elector Federico Augusto I pugnaba para obtener el dominio de Alemania.

De esta época es la primera ley que creo que pocos conocen y que de seguro puede dejar sorprendidos a mis lectores porque por el contenido, ya casi se me hace surrealista, cuando dice: “No se celebrará casamiento ninguno hasta que los novios hayan hecho constar que han plantado e injertado seis árboles frutales de la mejor calidad, y seis robles o hayas”. Sigue leyendo