Reseña del libro mexicano Mujeres construyendo un mundo: las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla, Rosa María Garza Marcué y Cecilia Vázquez Ahumada

El presente texto forma parte de la Colección Cofradía Gastronómica, publicado por la Secretaría de Cultura, INAH y BUAP, México, 2017.

He tenido la oportunidad de leer este estupendo libro del que ahora ofrezco una reseña a los lectores de Historia de la Cocina y la Gastronomía confiando que podré dar a conocer varios de los interesantes aportes que proporciona acerca de las recetas de cocina en un antiguo convento de la ciudad de Puebla en México, particularmente las del siglo XIX y principios del XX.

Las autoras de Mujeres construyendo un mundo: las recetas del Convento de Santa Mónica en Puebla, Rosa María Garza Marcué y Cecilia Vázquez Ahumada, dan a conocer la manera como se acercaron a esta investigación documental y etnográfica de un archivo que permaneció cerca de 60 años sin ser estudiado, el del exconvento de Santa Mónica, convertido en un museo de arte religioso desde 1935.

El libro se divide en tres capítulos, un apéndice, glosario y bibliografía. En el primer capítulo, Distintas dimensiones que hacen de la comida un fenómeno cultural: la identidad, el patrimonio, el género, la historia y las recetas, Garza Marcué y Vázquez Ahumada ofrecen una excelente y profunda información sobre los diversos enfoques antropológicos acerca de la gastronomía y los autores que la abordan como Janet Long Solís o Sidney W. Mintz, quien dice que “La comida genera en las personas sentimientos intensos, emociones; es una actividad vibrantemente cultural”, p. 18. Sigue leyendo

Alimentos empleados como medicamentos en el Nuevo Reino de Granada. SIGLO XVIII

Cecilia Restrepo

Interesada en los productos alimenticios que se utilizaban como medicamento en épocas anteriores, recurrí al  libro de La Terapéutica en el Nuevo Reino de Granada. Un recetario franciscano del siglo XVIII escrito por el Botánico Santiago Diaz Piedrahita y el reverendo padre Juan Carlos Mantilla. O.F.M., dichos escritores son dos eminentes investigadores, y me decidí a hacer una reseña de la obra y al mismo tiempo un recuento de estos comestibles que se usaron para aliviar y hasta  curar enfermedades.

El libro es un recetario franciscano, posiblemente,  del siglo XVIII recuperado por los escritores en el Archivo provincial de la orden seráfica, donde  encontraron un manuscrito que figuraba como Recetario Franciscano o vademécum. No se conoce con exactitud el  creador del recetario, tal vez,  fue hecho por un fraile de esta comunidad que conocía la medicina popular.

El contenido revela  la cultura médica de la época, especialmente la medicina de España sustituyendo, en cierta medida, los aportes  de la indígena, sin embargo, los procedimientos médicos aplicados en esta obra eran una combinación de la tradición indígena, la española más la innovación del médico tratante quien acostumbraba registrar su comentario en las prescripciones. Para este momento se creía que las alteraciones de los humores del cuerpo eran las responsables de las diversas modificaciones de la salud, y se regían por este saber. (Diaz.2002:20, 49) Sigue leyendo

La ‘casi’ historia de los puerros

Cuando se llevan tantos años investigando la historia de los alimentos y de la cocina, o los distintos tipos de cocción, se llega a conclusiones que pueden distar mucho del interés general; se minimiza la importancia del ‘donde’ por la del ‘cuando’, de modo qué llega a tener una jerarquía nimia el saber, por ejemplo, de ‘¿donde es originaria una planta?’ para trocar la pregunta por la de ‘¿desde cuándo se come?’, sin despreciar, eso sí, la respuesta a la primera pero que pasa a ocupar un segundo término. La razón para dicho ‘desorden’ es fácil de entender, todo producto que se consume dentro de un área determinada durante miles de años hace muy difícil, por no decir imposible, un seguimiento de su origen, de modo que para llegar a una imprecisa, y a veces errónea, ubicación es mejor pasar de puntillas sobre el tema y concentrar nuestras energías en aquello que sí tiene importancia y de camino no se confunde a la persona de buena fe que me lee.

Por otra parte la ingesta de alimentos, como su producción e integración en la dieta, no es algo caprichoso, salvo en épocas de hambrunas, ya que obedecen más a intereses culturales, comerciales, políticos y sacramentales, desechando unos a favor de otros y modelando el gusto de la población, ejemplo de ello lo podríamos tener en el área mediterránea con la verdolaga o la chirivía, entre otros muchos. De igual forma ciertos alimentos, por pertenecer a  la ‘escala inferior’ de importancia dentro de la cocina, se hace imposible seguirles la pista en su implantación o haciendo muy difícil su seguimiento, debiendo recurrir más a la arqueología que a las citas escritas, son en realidad alimentos sin historia, o con ella muy reciente, y llenos de prehistoria. Sigue leyendo

Carnavales y una comida en Potosí en el siglo XIX

Curioseando en un libro de viajes traducido del francés, editado en el año 1842, encontré un maravilloso relato relativo a un almuerzo celebrado en casa de la viuda de un mercader importante de las famosas minas de Potosí, anterior a la revolución, y que debió celebrarse en una fecha no más lejana del día 27 de febrero de 1830, ya que en dicha fecha llegó a dicha ciudad el autor del relato pasando pocos días allí.

En el relato de dicho viaje coincidió con la llegada a dicha ciudad justo al día siguiente del martes de carnaval y donde cuenta, desde la perspectiva de un europeo imbuido por la revolución, momentos históricos que no deberían perderse pese a lo sesgada que pueda ser la información.

La entrada de Potosí desde el camino de Cuquisaca, al este de la ciudad y a una jornada, no pudo ser más desoladora, tanto que contaba; “Creía entrar en una ciudad inhabitada; todas las puertas y ventanas estaban cerradas, los mercados mismos se hallaban desiertos y sin provisiones; ni un alma viviente había por las calles; el prudente cóndor que ordinariamente huye de la morada del hombre cerníase sobre la ciudad y parecía admirado de la soledad general”. Dicho silencio mortuorio no tenía otro motivo que el llegar a la hora de la siesta, costumbre muy española, unido al cansancio que tenían sus habitantes por la fiesta de los carnavales celebrados la noche anterior, haciendo bueno el dicho de que ‘tras la tempestad viene la calma’ y de camino podemos saber que llegó un miércoles. Sigue leyendo

Tres recetas de mi abuela Lucha (1900 – 1963)

Martha Delfin GuillauminTengo en mi poder varios de los recetarios escritos a mano por mi abuela materna Luz María Sevilla de Guillaumin, a la que cariñosamente sus hijas le llamaron Lucha. Ella era mexicana, nació en la ciudad de Puebla de los Ángeles en 1900 y murió en la Ciudad de México en el año de 1963. Estas recetas están en dos libretas y un cuaderno, con letra muy bella y clara al estilo antiguo, según mi parecer. Sigue leyendo