La cocina tradicional de Boyaca, Colombia

Cecilia Restrepo ManriqueMe invitaron a participar como historiadora de la alimentación, en el PRIMER ENCUENTRO DE SABORES Y SABERES TRADICIONALES DE BOYACA, desde el 12 hasta el 14 de diciembre de 2013 en la ciudad de Tunja. Para este evento reunieron cocineras sabedoras de la tradición de 22 municipios quienes asistieron con sus ingredientes, generosidad y sabiduría para presentar los variados platos de la culinaria Boyacense. Las representantes de cada región prepararon platos típicos, aportando así gran conocimiento, no sólo, de los productos de la región sino de la manera de prepararlos. La Escuela Taller de Boyacá fue el centro donde se reunieron las portadoras, se dieron, igualmente conferencias relacionadas con el tema, con la presencia de los estudiantes de cocina de la institución, así como, del público en general. Como evento especial se lanzó en Boyacá la Biblioteca Básica de Cocinas Tradicionales de Colombia (BBCTC) del Ministerio de Cultura, “que recoge más de 5 siglos de historia, compuesta por 17 tomos con 19 títulos, 55 autores, el aporte de decenas de cocineros, 5.000 páginas, 1.300 recetas y 400 fotografías, para conocer y salvaguardar los saberes y sabores de la cocina tradicional colombiana”, con la representación de algunos de sus autores (para ver los libros presione aquí).

Fue muy grato para mí estar en este significativo evento y por eso quiero presentar en este artículo los platos que me llamaron la atención. Empero antes debo dar una reseña de la ubicación e historia de este departamento de Colombia. Sigue leyendo

Historia de los caracoles en la alimentación más 22 formas de hacerlos

En caso de copiarnos haga referencia de donde lo hizo, así como de su autor, eso le hará más digno y cuando digo copiarnos es hacer una cita y no plagiar.

Carlos AzcoytiaEscribir sobre la historia de los caracoles como alimento es hacerlo de las miserias y del hambre de la humanidad unas veces y de la excentricidad y el exceso en otras, aunque quizá esa excentricidad sea consecuencia del recuerdo ancestral de aquellos que resucitaron dicho alimento, más o menos sofisticado, a la hora de cocinarlo, pero al fin y al cabo muy lejano, en el concepto como en la forma, del gusto de los occidentales.

La supervivencia de los primeros humanos fue consecuencia de convertirse en omnívoros, animales que devoraban todos, o casi todos los animales y plantas que encontraban, independientemente del lugar geográfico, orografía y tipos de clima. Esa necesidad de nutrirse, éxito en su reproducción, les pudo o nos pudo llevar a la hegemonía en el planeta sobre los otros animales, pese a ser un tipo de bestias de las más débiles dentro del reino animal, tanto en fuerza como en velocidad; su pervivencia o triunfo fue consecuencia de ser gregarios, lo que les hizo desarrollar la astucia a la hora triunfar en la base de la vida en el planeta, la reproducción. Sigue leyendo

Historia del aguardiente o ron Mexicano: el chiringuito

Martha Delfin GuillauminDesde que era niña me ha gustado una canción que habla de un personaje llamado Juan Colorado, oriundo de Michoacán que pide charanda para brindar. La letra y la música invitan a la danza, pero, sobre todo, a tratar de saber qué es la charanda. Como también habla de Apatzingán y allí vivió de adolescente mi mamá, entonces, yo le pregunté a ella que qué cosa era la charanda y me dijo que se trata de una bebida muy fuerte que se toma por esos lares; luego, ya de grande, me enteré que es un aguardiente de caña y que de veras es de los brebajes que pegan, como se dice acá en México.

La caña de azúcar y los alambiques para destilar su jugo forman parte de la herencia española en la República Mexicana. Si bien la charanda es un aguardiente, reconocido como el ron de México, cuyo nombre proviene del llamado Cerro de la Charanda, voz p’urhépecha que significa tierra colorada, y que es importante porque allí estuvo la primera destilería virreinal para el jugo de caña en las inmediaciones de Uruapan, Michoacán, [1] hay que tener presente que al aguardiente se les llamaba chinguirito cuando era hecho en la entonces Nueva España. Sigue leyendo

Comer carne de caballo o la historia de la hipofagia

 

Carlos AzcoytiaEl pasado día 15 de octubre de 2013 leí una noticia de la Agencia EFE procedente del Cairo en la que decía que un grupo de jeques y ulemas sirios habían emitido una fetua o edicto islámico por la que permitían a los habitantes de los suburbios del sur de Damasco (Siria) comer perros, gatos y burros con el fin de que la población no muriera de hambre debido a la guerra civil de dicho país y que está propiciada, en gran parte, por occidente en un afán por dominar estratégicamente esa parte de la tierra y sus ricas reservas y que terminará indefectiblemente con un ataque a Irán, toda una vergüenza para aquellos, como yo, que piensan que el capitalismo estuvo siempre desnaturalizado y donde las vidas de las personas sólo representan una cifra estadística, siendo lo importante los beneficios de unos pocos bastardos basado en la desprotección de pueblos enteros.

La fetua dice así: “Hacemos un llamamiento humanitario doloroso a todo el mundo sobre la situación que estamos viviendo en el sur de Damasco. Sigue leyendo

Historia del ron, Jamaica y Bryan Higgins

 

Carlos AzcoytiaHablar de la historia del ron es también hacerlo de Jamaica y de cómo un pueblo se encontró, a comienzos del siglo XIX, con tal tipo de miseria que cualquier aventurero podía hacer fortuna gracias al hambre de sus habitantes, pero creo necesario hacer un brevísimo recorrido por su historia para entender no sólo todo el entramado de intereses en la región a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, sino también las consecuencias funestas y las secuelas traumáticas que sufrieron dos islas, la de Santo Domingo y la de Jamaica, que perduran hasta hoy, tras la liberación de los esclavos en la segunda de ellas al no llevarse a efecto de forma escalonada su independencia, y la represión y persecuciones en la primera como consecuencia de las aspiraciones de libertad de los negros que se refugiaban en las montañas y que eran llamados cimarrones.

Por cierto, decir que hoy, según Walk Free Foundation, todavía existen en el planeta cerca de 30 millones de esclavos, para escándalo y vergüenza de todos, de los cuales la mitad están en la India, sin que los llamados países ricos o desarrollados se libren de dicha lacra, ya que en España, por poner un ejemplo, según dichas fuentes, existen entre 5.700 y 6.300 (puesto 147 mundial), independientemente de los cientos de miles de explotados, casi en régimen de semi-esclavitud, con trabajos de miseria o con algo peor, una exclusión social por falta de trabajo que los lleva a perder la dignidad como seres humanos. Sigue leyendo