Modo de hacer aguardientes a finales del siglo XVII: Aguas de canela y de cinamomo

 

Carlos AzcoytiaEl presente trabajo es continuación de otro matriz, base para comprender mejor la forma de cómo se hacían a finales del siglo XVII los anises, aguardientes y licores, titulado ‘Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII’ y que puede leer.

Todo este estudio forma un monográfico que se compone de los siguientes apartados:

–      Del aguardiente y demás licores espirituosos (introducción a la destilería)

–      Destilación del vino

–      Destilación del orujo

–      Destilación de las lias y borras

–      Destilación de la cerveza, cidra, perada, etc.

–      Rum (ron) o aguardiente de azúcar (sólo la iniciación, en otro trabajo haré un estudio pormenorizado de su historia y modo de hacerlo). Sigue leyendo

Modo de fabricar aguardientes y licores a finales del siglo XVII

 Un estado que roba a los ancianos (bajada de las pensiones), a los jóvenes y a los niños (subida de las tasas escolares y comedores) es deleznable, restauremos la democracia desmontando la podredumbre que nos lleva a la ruina a todos por tanta corrupción a todos los niveles.

 

Carlos AzcoytiaTrascribo casi de forma literal, con muy pocas correcciones, un trabajo fechado en 1799 en el que se enseña a fabricar aguardientes, entre ellos el ron y licores espirituosos, paso previo e indispensable para narrar la historia del primero de ellos porque considero que es de las más interesantes de las bebidas como se verá en su momento y donde casi todo se le debe a un inglés, mezcla de aventurero e impostor, que salvó del caos a un país, Jamaica, que acababa de conseguir descolonizarse de Francia de la forma más brutal que pueda imaginarse y cuyos coletazos de miseria y pobreza llegan hasta la actualidad.

Este trabajo, dada su extensión lo dividiré en capítulos, los menos posibles, pero indispensables para que el lector llegue a ser experto en el conocimiento de las destilaciones y pueda, si lo desea hacer en casa con las debidas precauciones, su propia destilería, algo que hace tiempo yo hice con buenos resultados que terminaron en casi borracheras.

Si sigue fielmente los distintos trabajos aprenderá a fabricar sus propios aguardientes, anises y licores, algunos de ellos hoy no se fabrican pero que a finales del siglo XVII tenían gran predicamento entre las clases adineradas y estaban considerados bebidas de élites, tanto es así que el autor que trascribo, que por cierto es anónimo, hace la siguiente anotación al final del trabajo: Sigue leyendo

Historia del azúcar en Perú (complemento a la historia del azúcar mundial)

 

Carlos AzcoytiaEn nuestro trabajo dedicado a la historia del azúcar hay un apartado dedicado a un empresario peruano que fue el que implantó la industria azucarera en dicho país, ahora, en este trabajo, quiero mostrar los antecedentes de las plantaciones de caña y su frustrada elaboración, algo que muy pocos saben, ni tan siquiera los peruanos.

Encontré una carta fechada en 1804, firmada por un anónimo hacendado de Lima, que publicó el Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos de fecha jueves 5 de julio de 1804, que llevaba el título: “De los medios de mejorar en Lima la fabricación del azúcar” y donde se ponía de manifiesto los problemas que tenían a la hora de conseguir tan preciado producto y su comercio en Chile, Guayaquil e incluso en Buenos Aires.

En primer lugar hacía un bosquejo de las inversiones anuales, sobre 22.000 pesos, que se gastaban en administración, sustento, vestuario, curación, etc., de los esclavos negros, diciendo que toda esa inversión se malograba por perder la producción de azúcar, por no saber cuajarla, incluso llegaba a apostillar: “Me consta la general ignorancia que hay en una materia tan importante, así en cuanto a la elaboración del azúcar como en cuanto al mejor modo de refinarlo, cuya operación nos ocasiona aquí tanta pérdida que tenemos por mejor venderlo por la mitad de su precio que refinarlo”. Sigue leyendo

Historia del aceite de los granos de uva en Italia y España

Carlos AzcoytiaCuando exponemos nuestros trabajos queremos llegar más allá de lo que es ser testigos de la historia, nuestra idea es la de facilitar pistas y ayudar a aquellos que quieren volver a una gastronomía ecológica que se pierde un poco más cada día.

Siempre que se habla de la gastronomía italiana actual creo que se magnifica hasta un grado superlativo porque, sin ánimos de menospreciar, la historia moderna de ese país, en lo referente a la alimentación, es una herencia de hambre y desolación, me refiero desde el siglo XVII hasta bien entrado el XX, donde el pueblo iba de hambruna en hambruna y así surgieron las pizzas o las pastas, una muy humilde comida de los barrios obreros, que a decir verdad tenían más suerte que los habitantes rurales del interior del país y para muestra remito a mi trabajo referente a la historia del maíz y el Conde de Rumford, por poner un ejemplo, que hay mucha información en nuestro sitio si lo busca, claro está que paso por alto los excesos de Venecia y otras grandes capitales, lo que no es representativo cuando se habla de la historia de la gastronomía, porque la historia la hace el pueblo y no las élites y así nos encontramos con ‘informantes’ que se confunden tanto que hasta me recuerdan a cierta Miss que dijo que Confucio fue un chino japonés que inventó la ‘Confución’. Sigue leyendo

Nuevos datos sobre la historia del tomate

Carlos AzcoytiaEste trabajo es para ampliar la historia del tomate, todo un descubrimiento muy importante y que debería haber investigado hace muchos meses, porque tenía los datos suficientes para hacerlo, pero otras investigaciones me lo han prohibido.

Los datos obtenidos pertenecen a un libro publicado en México en 1615 y que a su vez fue copia de otro escrito en latín por el galeno, botánico y ornitólogo Francisco Hernández de Toledo (1514 o 1517-1578) que fue enviado por Felipe II a Nueva España en 1570 para dirigir una expedición científica, nombrándolo Protomédico General de Nuestras Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

Embarcó con su hijo y recorrió Centroamérica durante tres años, estando la expedición formada por un geógrafo, pintores y médicos nativos. Hasta su vuelta en 1577 vivió en México estudiando el poder medicinal de las plantas y los animales, editando una gran obra a su vuelta que nuca llegó a ver hecha realidad por dos razones, la primera por su muerte y la segunda porque Felipe II envió los originales a un editor napolitano, Nardi Antonio Ricci, que también murió, lo que retrasó su publicación hasta 1631, sólo la versión abreviada, permaneciendo los originales en la biblioteca del Escorial, desapareciendo estos en el incendio de dicho edificio en el año 1671, toda una obra maldecida por lo que se ve. Sigue leyendo