Este trabajo es una actualización de otro anterior al año 2002
La lechuga o ‘lactuca sativa L.‘ es una planta hortícola que ha tenido y tiene una cierta importancia en la medicina, la historia y la cocina del Mediterráneo, tanto por sus hojas como por el aceite que se obtiene de sus semillas. Originaria de la India, según la enciclopedia Sopena, fue domesticada en el Próximo Oriente a partir de la especie (Lactuca Serriola L.) alcanzando pronto una diversidad extraordinaria como atestigua Teofrasto (372 a.C.-287 a.C.), que habla de la Lactuca sativa L., de la Ulva lactuca L. y de la lechuga silvestre (Lactuca serriola L.), de la lechuga blanca comenta: «Es la más dulce y tierna. De esta planta hay otras tres clases: la de tallo aplanado, la de tallo redondo y la laconia. Ésta última tiene la hoja como el cardillo amarillo, pero en vertical, de vigoroso crecimiento y no tiene tallos laterales procedentes del principal.»La lechuga silvestre tiene la hoja más corta que la cultivada y, cuando ha adquirido su pleno desarrollo, está erizada de espinas. El tallo es también más corto, mientras que el jugo es amargo y medicinal. Crece en los campos, se dice que su jugo elimina la hidropesía, aleja las cataratas de los ojos y suprime las úlceras de los ojos echado en leche de mujer. La lechuga cultivada es estomacal, un tanto refrescante, soporífera, molificativa del vientre, acrecentadora de leche. Cocida se vuelve más nutritiva. Comida sin lavar es conveniente para afecciones del estómago. Bebida la simiente de la lechuga, socorre a los que tienen poluciones con frecuencia durante el sueño y refrena el apetito sexual. Si se comen lechugas con frecuencia producen ambioplía (ojo vago) Se conservan en salmuera. Las lechugas talludas tienen una virtud semejante a la del zumo y a la de la leche de la lechuga silvestre«
Sigue leyendo →