Algo delicioso, los platillos y dulces regionales michoacanos

Para Tsanda Lucas con cariño

Martha Delfin GuillauminAcabo de regresar de Michoacán, fui con mi esposo porque él dictaría un curso y daría una conferencia acerca de metodología e investigación en la Universidad Pedagógica Nacional, así que yo aproveché poderlo acompañar para visitar Morelia, la bella capital de esa provincia del occidente de México. Durante nuestra estancia disfrutamos de varios de los exquisitos platillos regionales y de las interesantes vistas que ofrece esa ciudad, aunque también estuvimos en tres poblaciones p’urhépechas alrededor del Lago de Pátzcuaro. Sigue leyendo

Pequeña historia sobre la caza de ballenas y los salazones de pescados en unas órdenes secretas de Carlos III

 Carlos AzcoytiaEncontré un libro que se publicó cuando dejó de ser secreto de estado, cincuenta y dos años después de promulgarse, que contiene unas ordenanza o instrucciones internas para los distintos ministerios dictadas por orden de Carlos III y que fueron redactadas por el Primer Secretario de Estado, el conde de Floridablanca, José Moñino y Redondo, que arrojan mucha luz sobre la política exterior e interior del gobierno de aquella época.

Estas instrucciones reservadas emanaban de un Decreto de Carlos III, de fecha 8 de julio de 1787, que se hicieron públicas en un libro, ver bibliografía, en el año 1839 con la anuencia del nieto de quien las redactó y en cuyo poder estaba el original, el marqués de Miraflores y conde de Floridablanca. Sigue leyendo

Historia de los alimentos, la alimentación y la gastronomía en el antiguo Egipto

Carlos AzcoytiaEl Nilo.

Siempre que abordo un tema tan amplio y complejo, como es el presente, en mi cabeza comienzan a surgir dudas sobre la veracidad de mis investigaciones en el sentido absoluto, aunque no en el relativo, porque existen multitud de variables que podrían llevar a errores de bulto o dar a conocer detalles sesgados que podrían desfigurar por completo todo el trabajo.

Entre los factores a tener en cuenta deben de estar el tiempo (3.000 años de dicha civilización) lo que hace pensar que no pudieron disponer los egipcios de los mismos alimentos al comienzo de su historia como pueblo, que en las postrimerías de su imperio y las razones son evidentes ya que la importación de recursos, materias, nuevos tipos de cultivos y tecnología debieron de ir creciendo al mismo ritmo que se acrecentaba el poder político y militar en su zona de influencia.

Otro de los factores estaría íntimamente ligado al desarrollo de dicho pueblo a todos los niveles: religiosos, políticos y sociales internos, que ciertamente los hubo porque en Egipto hasta está documentada la primera huelga de la clase trabajadora de la historia, cómo los externos que de alguna forma debieron forzar las necesidades de la población. Sigue leyendo

Historia del caviar y del esturión

 Primera publicación en 2003; Ampliación: diciembre 2007; Ampliación: junio de 2010; Ampliación: diciembre 2012

Ampliación septiembre de 2015 y marzo 2017 al final del trabajo.

Carlos AzcoytiaPodríamos definir el caviar como un manjar, no digo alimento, producto del snobismo y la ostentación más que algo hecho para paladares privilegiados, es, desde mi perspectiva, una señal inequívoca del distanciamiento social y económico de las clases pudientes que languidecen en sus cárceles doradas de decadencia y fatuidad. Con esto no quiero decir que me parezca algo no apto para paladares sensibles, muy al contrario, es  un alimento rico y sabroso pero magnificado por una sociedad opulenta y elitista que se aburre y que no sabe cómo gastar su dinero o como deslumbrar a sus posibles clientes. Todo en su justa medida está dentro de la normalidad, pero cuando se llega a pagar el peso en oro de algo que nos vamos a comer y que una vez deglutido se convertirá en  mierda, sin casi alimentarnos, me parece una aberración y un insulto para todos aquellos que sobreviven con menos del valor de un sólo huevo del llamado caviar de beluga. Sigue leyendo

Primer reglamento sanitario aplicable al reconocimiento de carnes y pescados en los mercados de Madrid redactado en 1840

Encontré un pequeño libro que casi se podría calificar como unas instrucciones para el desarrollo de las labores de inspección de mercado o una ampliación de las Ordenanzas Municipales, redactadas para ser llevadas a efecto en el ayuntamiento de Madrid, fechada el 11 de marzo de 1840, y donde se amplía el contenido de un bando dictado el 30 de agosto de 1839 donde se dan instrucciones precisas a los inspectores de sanidad para el cumplimiento de su cometido.

Comienza dicho librito con estas palabras: “Entre los grandes objetos que han ocupado y deben ocupar siempre a los gobiernos de las naciones cultas, ninguno hay que deba anteponerse a aquel que tiene por objeto la conservación de la salud pública. Esta es imposible el que pueda conservarse sin la condición precisa de que los alimentos de que el hombre usa, se hallen en aquel estado de integridad física y exacta, que acercándolos más y más a la relación de la organización del hombre los hace más capaces y más accesibles a la digestión y por consiguiente a la reparación de las continuas pérdidas que incesantemente sufren el conjunto de órganos que componen su máquina”. Sigue leyendo