Tengo una obligación moral e íntima con relación al estudio de la historia gastronómica de las islas Canarias, en primer lugar por cuestiones familiares: mi abuelo fue el Jefe Superior de Correos de las Islas Afortunadas y mi padre pasó allí los mejores años de su vida; en segundo lugar porque hay un vacío significativo en todo lo relacionado con aquellos que habitaron las islas antes de la llegada de los europeos y para terminar porque al ser puerto de paso y de aprovisionamiento de las flotas llegó a ser la base de los alimentos que progresaron en América y los que desde ese continente llegaron a occidente.
Desde Canarias salieron para las Indias las primeras cañas de azúcar, el trigo, lechugas, berenjenas y cientos de vegetales; también los cerdos, vacas, ovejas y caballos y en las islas se plantaron las primeras patatas y batatas, tomates, etc. En definitiva un lugar de tránsito y base de experimentación de todo un mundo de sabores que nos llevó a la cocina mundial que hoy disfrutamos. Sigue leyendo