La escasez de alimentos en la Guerra de Independencia de Cuba

 

Ismael SarmientoDurante las guerras independentistas cubanas (1868-1898) los usos y costumbres alimenticias de la Isla, hasta entonces de muy poca variación en los campos y ciudades, quedan alterados. El hecho bélico mismo, de marcada incidencia en las transformaciones económicas, sociales y políticas, hace que este y otros actos de la cultura material y espiritual se modifiquen a partir del 10 de octubre de 1868. Necesariamente, se revitalizan las primitivas dietas del cubano y se da, de forma espontánea, la conciliación –y en otras la fusión– de los diferentes usos y costumbres que se practican en la compleja sociedad cubana de siglos atrás. También se dan otros resultados novedosos y enriquecedores que suman y modifican los hábitos culinarios; y no sólo repercute en la forma de alimentarse de los miembros del Ejército Libertador de Cuba y del conjunto de la población rural –principales víctimas del hambre en esos años– sino también entre los miembros del Ejército español, fundamentalmente en las columnas de quintos que marchan de operaciones y concluyen a los pocos días careciendo de los recursos de boca necesarios. Si hasta entonces la vida en los campos y ciudades varía muy poco, y la alimentación es símbolo clasificatorio de las distintas clases o estamentos sociales, a partir de 1868, con el inicio de la Guerra de los Diez Años, en precarias condiciones y con el ya devastado entorno ecológico, la vida en Cuba, sus usos y costumbres, comienza a experimentar visibles modificaciones en el consumo alimenticio. Sigue leyendo

«Gobierno» del Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario (Bogotá)

Las constituciones del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario referentes a la alimentación.

Recién consolidada la colonia, se empiezan a organizar las ciudades y con ellas las costumbres de sus habitantes, esto lo hicieron los españoles aplicando las ordenanzas municipales, estas ordenanzas habían sido utilizadas tiempo atrás en la península ibérica y fueron implantadas en América con el Cabildo, institución que las dictaba. El término ordenanza significaba «mandato”. Las ordenanzas municipales eran las dictadas por un ayuntamiento o municipalidad para la gestión de su municipio. La Real Cédula que facultaba a los Cabildos para dictar sus ordenanzas era de finales de 1548.
La importancia del estudio de las antiguas ordenanzas reside en que aporta información sobre los temas propios de las ciudades y su reglamentación, expresa además, intereses y preferencias de acuerdo con la época, revela por ende usos y costumbres diferentes para cada ciudad, así como la solución a conflictos a través de disposiciones reguladoras.
Estas regulaciones eran de carácter público, sin embargo, también se dieron las de carácter privado como fueron las Constituciones del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, las cuales se analizaran desde el punto de vista alimenticio y todo lo que ello abarca.

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