La historia, vista ‘a toro pasado’, puede llegar a sorprendernos y también hacernos comprender muchas cosas del presente, en este caso concreto sería como hacer catas en un terreno y descubrir los cimientos de un gran edificio, me refiero a los que sustentan la economía y la mentalidad alemana.
Nos trasladaremos imaginariamente al año 1700 y nos situaremos en uno de los estados que hoy forman la República Federal Alemana, en concreto el de Sajonia, que en ese momento salía de la devastación y el despoblamiento que produjo la Guerra de los Treinta Años y que bajo el mandato del luterano Elector Federico Augusto I pugnaba para obtener el dominio de Alemania.
De esta época es la primera ley que creo que pocos conocen y que de seguro puede dejar sorprendidos a mis lectores porque por el contenido, ya casi se me hace surrealista, cuando dice: “No se celebrará casamiento ninguno hasta que los novios hayan hecho constar que han plantado e injertado seis árboles frutales de la mejor calidad, y seis robles o hayas”. Sigue leyendo