Cuando hice la biografía de este magnífico restaurador allá por el año 2006, que fue cuando tuve un agradable almuerzo de negocios en su restaurante Nodo, no podía imaginar que con el tiempo se podría convertir, aunque fugazmente, en un personaje de la televisión encarnando un papel que, más a la corta que a la larga, haría flaco favor a su profesión porque pondría al descubierto las miserias y los puntos flacos de una serie de fracasados cocineros-empresarios.
Lo que más raro se me hace en la actualidad es la inoportunidad del momento escogido, porque Chicote se supone que hace el papel de salvador de negocios de hostelería fracasados cuando su restaurante insignia, Nodo, cierra sus puertas, toda una contradicción donde el salvador necesita ser salvado. Sigue leyendo