Cuando viene un turista a México siempre tiene ganas de probar nuestra comida por la fama de que goza en el mundo, pero con el cuidado de que “no pique mucho”, o bien se dispone a disfrutar de un rico tequila, y se asombra cuando descubre una variedad de delicias desconocidas para él, cuyo tremendo placer degustativo prolonga el placer gastronómico obtenido.
Si va a la provincia de Puebla encontrará los famosos chiles en nogada, pero si visita la ciudad de Oaxaca hallará otro tipo de mole, el negro, diferente al de San Pedro Atocpan, que puede llevar piñones, ahora tan caros. Si viaja a Michoacán disfrutará los ricos uchepos o las sabrosas carnitas, pero, ¡oh, sorpresa!, en otros lados del país también será recibido con exquisitos tamales y con chicharrón de cerdo preparado en suculentos tacos a los que en la Ciudad de México le dicen quesadillas aunque no lleven queso. Sigue leyendo