Como aportación a la historia de la patata quiero hacer mención a un hecho acaecido en plena Guerra Fría, qué más puede parecernos casi un chiste si no fuera por las consecuencias negativas que acarrearon entre la población de la República Democrática Alemana en unos momentos críticos, tras la Segunda Guerra Mundial, cuando la agricultura alemana, y de todo el Este de Europa, intentaba desesperadamente renacer tras el abandono de los campos y que atenazaba los estómagos de todos los contendientes europeos que tenían que partir de cero, sin semillas, y con el temor de los gobiernos a levantamientos populares sobre todo entre las poblaciones ocupadas.
Hay historias de los Servicios Secretos que bien merecerían un libro de humor porque lo que se denomina Inteligencia hubo veces, y las hay en la actualidad, que más parecen los ‘Inventos del Profesor Calabacete’, personaje del cómic español del TBO de los años 50 y 60 del pasado siglo y donde salen mal parados o nos hace preguntarnos qué significado tiene para ciertos gobiernos esa palabra, la de Inteligencia, y así nos va a todos.
Entre los inventos de dichos Servicios estuvo el de operar a un gato para poner dentro de su cuerpo un emisor con el que poder oír las conversaciones de los demoniacos comunistas en un parque y que murió atropellado por un coche el pobre animal antes de cumplir la misión asignada o ésta que les voy a narrar entre otras muchas y donde llegará a la conclusión que estamos en manos de lerdos faltos de imaginación. Sigue leyendo