Comer verduras de temporada es más complicado que antes (más que nada porque antaño no había otra posibilidad para la gran mayoría de la población. Y porque la definición de “temporada” se ha vuelto muy elástica, gracias a invernaderos y demás técnicas de forzamiento hortícola).
Sin embargo, aún hay hortalizas que se resisten a los tiempos modernos, como las alcachofas (Cynara cardunculus L. var scolymus (L.) Fiori), que prácticamente sólo se encuentran en su momento—y ¡qué momento! Desde las frescuras otoño-invernales, y alargándose hasta cuaresma y más allá, son los días de alcachofas a la plancha, alcachofas a la cazuela con jamón, alcachofas rellenas, fritelle di carciofi, pasta con alcachofas, pizza con alcachofas (riquísima la combinación con gorgonzola)…
Pero, ¿de dónde sale la alcachofa? Que es vegetal, por cierto, relativamente poco conocido allende el área de influencia mediterránea: parece ser que los ingleses las miran con recelo, y tampoco gozan de gran popularidad en América.
Bien. Sus orígenes son confusos, y no tenemos claro del todo cuándo aparecen en nuestros campos y cazuelas: ¿en tiempos romanos? ¿En tiempos de dominio islámico en el Mediterráneo? ¿En el s. XV? Hay opiniones para todos los gustos, si bien algunas tienen más fundamento, y otras, menos. Sigue leyendo