Como ya apuntaba en capítulos anteriores, al ser Venecia un estado con comercio casi exclusivo con Oriente es lógico pensar que dicho lugar fuera el primero en saber del café, que no es lo mismo que ser el primero en tomarlo a nivel popular.
Fue Próspero Alpino, un afamado médico y botánico de Padua, el que en 1591 publicó un libro en latín titulado ‘Historiae Aegypti naturalis’ en el que hacía una descripción del árbol que había visto en Egipto y al que llamó con varios nombres: Bon, Ban o Boun, obra que fue reimpresa en Padua en 1640 con anotaciones de otro célebre médico, alemán nacionalizado en Italia, Joannes Vesling, más conocido por Veslingius, el cual decía: “No sólo en Egipto tiene el café gran demanda, también en todas las provincias del Imperio Turco. Es querido incluso en el Levante y escaso entre los europeos, que se ven privados de un licor muy saludable”, apreciación esta que nos hace pensar que ya era conocido en Europa. Sigue leyendo