Sorprende saber que el manuscrito que trascribo, un informe casi confidencial que trataba sobre la lucha contra la pobreza en Alemania, saliera a la luz con todo tipo de libertad por orden de Manuel Godoy y Álvarez de Faria, otro gran hombre a rehabilitar, en el ‘Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos’ del año de 1803 y que sus lectores, que los había de todas las condiciones sociales en el agro español como veremos, se hicieran eco de dicha noticia e intentaran llevarla a la práctica y no desde la iglesia, sino desde los estamentos y organizaciones laicas, entre las que se encontraba desde la Duquesa de Alba o el ayuntamiento de un pequeño pueblo de Logroño, Leiva, entre otros muchos por poner ejemplos extremos, en un intento de parar la miseria de las gentes y así mismo retrasar lo más posible los movimientos obreros que más tarde, con la Era Industrial, cambiaron todas las sociedades de nuestro entorno occidental europeo.
El manuscrito al que hago referencia era un informe del Cónsul General Español en la Baja Baviera (Alemania) de Juan Baptista Virio, que informaba a su ministerio sobre los experimentos económicos y sociales contra la pobreza que había introducido con éxito y mucha imaginación Benjamín Thompson, un inglés nacido en las colonias americanas, exilado por la independencia de Estados Unidos, y que tras el triunfo de sus ideas, como pudieron ser el invento de las cocinas de bajo consumo en combustibles o la erradicación de la pobreza y su lucha contra el hambre en Sajonia, ver su biografía, entre otros, le concedieron y fue conocido por su título nobiliario: Conde de Rumford, persona a rehabilitar históricamente y a la que la humanidad le debe tanto. Sigue leyendo