Saber sobre la historia del té en Europa en estos momentos está muy lejos de las historias o cuentos chinos que muchos narran, ya sea por la falta de preparación de quien lo escribe, o lo que es mucho peor: la gran cantidad de insensatos que copian a destajo sin molestarse en saber si aquello que fusilan tiene visos de realidad y así nos encontramos un Internet lleno de informaciones que desinforman a quien busca saber de las cosas y para comprender de lo que hablo sólo hace falta, por ejemplo, buscar en Google y ver lo que hay.
De las primeras constancias ciertas en la época moderna sobre el cultivo del té son las que obran en el informe que escribió G. Stanton sobre el viaje que hizo la embajada inglesa, capitaneada por el irlandés George Macartney, en el año 1792 y que terminó en un estrepitoso fracaso, todo achacable a la soberbia de los ingleses y la reticencia del emperador chino , que al final resolvieron con la llamada Guerra del Opio, ya que, como todos sabemos, los sajones obtienen lo que desean ya sea por las buenas o por las malas, de ahí sus grandes imperios con sus vergonzosos pasados y presentes de saqueos.