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Diófanes de Bitinia
Año 64 a.C.
Según se sabe por Varrón, Colmuela y Plinio,
Diófanes resumió la obra del cartaginés Magón, el más célebre agrónomo de la
antigüedad, en seis libros sobre el año 64 a.C. a juzgar a la referencia que
hace al rey Deyotaro el primero de ellos cuando dice en un texto: “Esta
obra misma, por comodidad ha sido reducida a seis libros por Diófanes en
Bitinia y enviada al rey Deyotaro...”.
Se sabe que hacia el 146 a.C., tras las Guerras
Púnicas, el Senado Romano ordenó traducir al latín la obra de Magón
conscientes de la gran importancia que podría tener para el desarrollo en la
agricultura romana.
Bitinia era un territorio situado al
suroeste del mar Negro y noroeste de Asia Menor que desde la península de
Calcedonia llegó a extenderse hasta Heraclea y Paflagonia, Misia y la
Propóntide. La habilidad de sus reyes le permitió jugar un importante papel
en la historia de la Tracia asiática, nombre que le daban los griegos a esta
región. Su primer rey fue Zipoetes, quien participó en las luchas entre
Lisímaco y Seleuco, llegando a enfrentarse victoriosamente a Antíoco,
iniciando una política independiente de los Diádocos y sus sucesores,
política que siguieron sus descendientes en el trono Nicomedes I (fundador
de Nicomedia, su capital), Prusias I y II. Estos dos últimos reyes vieron su
territorio reducido en beneficio de Pérgamo. Con la intervención de Roma en
los asuntos de Asia Menor, la expansión territorial de Bitinia pretendida
por Nicomedes II y III nunca fue conseguida, sufriendo, incluso, alguna
reducción con las conquistas de Mitrídates, rey del Ponto. Nicomedes III
legó su reino a Roma a su muerte, en el año 74 a. C., pasando a integrarse
en las provincias del Ponto y Bitinia.
Provincia del Asia Menor legada a Roma por Nicomedes III, organizada por
Pompeyo que la unió a una parte del Ponto. Plinio el Joven fue gobernador de
ella.
Preparación de las tierras para la plantación de
las viñas.-
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Considero ante todo muy necesario
que le viñador sepa de antemano cómo será el vino que nacerá de la tierra
que va a ser plantada. Se efectúa el examen del siguiente modo: Cava un hoyo
de dos pies en la tierra que va a ser plantada, coge un terrón de la que se
ha extraído, échalo en un recipiente de vidrio con agua limpia de lluvia y
después mezclarlo y agitar el agua, déjala que se asiente del todo y
entonces podrás a través de la transparencia del vidrio; una vez que se haya
asentado completamente, prueba el agua: pues como sea su sabor, así
considera que será el vino. Si ciertamente encuentras su olor desagradable o
su sabor amargo, salado, bituminoso o de alguna otra forma malo, evita
plantarla; si, en cambio, es fragante, agradable, dulce y bueno en todos los
sentidos, plántala con toda confianza.
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Dispón en el viñedo a intervalos
diferentes estiércol seco siguiendo la dirección del viento del viñedo, y
cuando veas que aparece escarcha, prende fuego al estiércol; pues el humo,
arrastrado, dispersará la escarcha. Las vides que se queman fácilmente con
la escarcha hay que podarlas después, cuando bullan para brotar, pues así
florecerán más tarde. Al igual que la cola de caballo, se cree que la vid
teme menos la escarcha, en mi opinión, porque retoña tarde, cuando el sol
está ya caliente. Otros siembran habas en las viñas y creen que así las
vides no se verán afectadas por la escarcha.
Preparación del seto.-
Si quieres tener un seto resistente, cava una
zanja de un codo, hinca estacas y extiende una cuerda de junco en el fondo
de la zanja; un día antes tienes que haber preparado yeros molidos, frutos
de zarza, de espina santa y de espino de fuego, puestos todos ellos en
maceración hasta lograr una consistencia de miel; frota la cuerda extendida
con el fruto de la zarza y de la espina santa y riega el lugar con la
maceración, dejándolo un breve espacio de tiempo. Echa a continuación la
tierra extraída de la zanja y a los veintiocho días echará brotes de cuatro
palmos; en el plazo de dos meses crecerán más de un codo, y luego, cuando
hayan logrado gran altura, mantendrán alejado a los ladrones. Has esto en el
equinoccio de primavera. Obtendrás fácilmente un seto si frotas una cuerda
de junco con el fruto de la zarza y la entierras, y luego troceas cañas
gruesas y las plantas a coca profundidad, disponiéndolas acostadas, no en
vertical, añadiendo estiércol a la tierra. Algunos levantan un seto de este
modo: cortan trozos de las varas de la zarza, los pones en los setos y los
cubren con tierra hasta un palmo de altura, regándolos hasta que retoñan.
Algunos frotan a mano la cuerda de las zarzamoras, o sea, con los frutos de
la zarza maduros, y luego le echan encima tierra con estiércol y riegan
hasta que retoñen. Demócrito dice que hasta quince días después de empezar
la primavera se puede plantar un seto de la manera que sigue: Frota con
semilla de zarza, con los demás arbustos espinosos mencionados y con yeros
una cuerda de junco que haya trabajado mucho en el mar y además esté
podrida, entiérrala en la zanja y riégala, si es posible a diario, pues así
el seto nacerá pronto y desarrollado y será resistente.
Cuando hay que vendimiar las vides, y cuales
son los indicios de la madurez de las uvas.
No es fácil distinguir cuando hay que vendimiar
las uvas; por eso algunos, vendimiando antes de que hayan madurado, hacen un
vino ligero, flojo e inestable, mientas que otros, vendimiando demasiado
tarde, no sólo dañan la vid, porque soporta el peso más de lo preciso, sino
que incluso, si caen granizos y heladas, tendrán un vino más alterable. La
manera de saber el momento justo para la vendimia es, pues, tanto por el
sabor como el propio aspecto; aunque de todas formas ofreceremos también
algunas indicaciones, pues dicen de los círculos de Demócrito y Africano que
sólo seis días, y no más, es bueno que la uva madura sin recoger; así pues,
si la pepita ya no parece verde al trasluz, sino negra, indica que la uva ya
está en sazón. Otros estrujan los granos, y si salta limpia la pepita sin
nada de pulpa alrededor, estiman que las uvas están ya listas para la
vendimia, pero si salta la pepita con parte de la pulpa, dicen que no está
en sazón. Algunos reconocen la uva madura porque empieza a convertirse en
pasa. Otros deducen que las uvas están maduras así: Cogen un grano de donde
el racimo está más prieto, y después de uno o dos días contemplan el racimo;
y si permanece tal cual el sitio del grano, como si no hubieran aumentado de
tamaño los granos de alrededor, apresuran la vendimia, pero si ven que el
sitio del grano de alrededor, apresuran la vendimia, pero si ven que el
sitio del grano se ha hecho más pequeño, como habiendo crecido los granos
que lo rodean, aplazan la vendimia hasta que ya no avance el crecimiento.
Como hay que echar el mosto en las tinajas
después de pisar perfectamente las uvas,
Antes de echar el mosto hay que frotar las
tinajas con una esponja y salmuera pura y sahumarlas con incienso. Se las
debe dejar no demasiado llenas ni muy vacías, sino calcular el aumento
normal de volumen del mosto al entrar en ebullición, de forma que no rebose
y que la espuma suba hasta el borde y escupa sólo las impurezas. Hay que
purificar constantemente el mosto en las tinajas durante cinco días con las
manos y con los jarritos, quitar la espuma, así como cualquier otra cosa
más, y sacar de la bodega todas las impurezas y tirarlas muy lejos. Pues si
permanecen cerca, al pudrirse nacen mosquitos y llega el mal olor, cosas
ambas que pican el vino; por lo cual hay que aromatizar con sahumerios los
lagares, y más aún las bodegas.
Sobre las diferencias entre el vino y el
añejo, y entre el de uva blanca y el de negra.
Las uvas negras tendrán un vino fuerte, las
blancas intermedio y las ígneas un poco más dulce que las negras. El vino
joven es muy fresco y el añejo muy caliente, fuerte y aromático, pues el
agua que hay en él se disipa con el tiempo.
Que el vino sea
estable aunque sea transportado por mar.-
Filtra alperchín a través de un paño de lino,
cuécelo hasta reducirlo a la mitad y pon miel ática en el fondo de la vasija
antes de echar el vino, pues se mantiene muchísimo tiempo. |