PROFESOR: ING. JAIME ARIANSEN CESPEDES

   El tercer jueves de Junio del año de las siete lunas, no paso nada trascendente, era un día gris, oscuro, lleno de sombras, lento y silencioso. Nanite, la partera había bostezado mas de lo acostumbrado esperando el nacimiento de un nuevo ser. Fenice, la joven parturienta, no se acordaba como lo había concebido, tampoco nadie se tomo la molestia de averiguar quién era el padre. Cuando la princesa noto los signos inequívocos de su embarazo, por extrañas razones o circunstancias no le importo lo mas mínimo y cuando naturalmente le comenzó a desarrollar el vientre, tampoco sus familiares y amigos le hicieron ningún comentario o pregunta, por que al parecer nadie lo notaba.

   Por eso, era comprensible que esa tarde del alumbramiento, todos ignoraran el hecho. Cuando nació Proteo, casi no lloro - el silencio seria unos de sus signos durante toda su vida - la nodriza Nanite lo deposito con displicencia en una canasta y comenzó a limpiar y atender a Fenice, cuando termino su tarea, la joven princesa ya se había quedado dormida y todos salieron del cuarto para dejarla descansar. Recién al día siguiente alguien se percató de un ligero ruido y movimiento en la canasta que había quedado olvidada en un alejado rincón de la habitación.

   En la infancia de Proteo no sucedió nada importante, parado en su cuna estiraba sus brazos en clara señal de invitación para que lo carguen, tantas horas estuvo en tan infructuosa tarea que sus brazos le fueron creciendo mas de lo natural y junto con sus alargadas orejas, filuda nariz y enormes ojos oblicuos conformaban una extraña y desgarbada figura que podría haber causado risa o cuando menos extrañeza, pero como todos lo ignoraban, solo el notaba lo diferente de su apariencia, comparándose con los otros niños del Olimpo que revoloteaban a su alrededor.

   Años después y cuando alguna vez lo dejaban jugar a las escondidas con la pandilla, podía estar horas o días acurrucado en un rincón sin moverse, sin que nadie lo fuera a buscar, cuando se cansaba de esperar, se quedaba dormido - tantas horas - que fue perdiendo completamente la noción del tiempo y podía estar quieto en algún lugar un día o un mes.

   Poco a poco se fue alejando de toda actividad social, comprendió lo inútil del esfuerzo para incorporarse al grupo y acepto que debía de estar solo. Pensaba, soñaba, se aburría y se quedaba dormido, las horas y los días, se repetían lentamente en su delante, como un fantasmagórico ejercito marchando hacia la eternidad.

   Con el propósito de no ser molestado, mientras estaba quieto en algún lugar, se cubría con un manto ámbar de absoluta ociosidad y luego iba adquiriendo el color de las cosas que lo rodeaban y después la forma, de manera que en pocos momentos sé mimetizaba completamente con el entorno y podía estar en cualquier lugar sin ser notado. Llego a dominar con tal perfección esta magia de la transformación que podía convertirse en cualquier cosa, hasta en agua que en el agua es invisible.

   Un día que estaba dormido en un prado, integrado al bucólico entorno del follaje y al fresco manantial, fue despertado por una pareja de jóvenes amantes, que sin percatarse de su presencia, se habían acomodado cerca, para jurarse amor eterno mientras intercambiaban miles de atrevidas caricias. Proteo se divirtió como un espectador privilegiado con esta escena de la vida real, y lo que empezó como un simple juego voyerista, se fue convirtiendo en su principal actividad, escuchar y ver sin ser advertido.

   Espiaba todo tipo de reuniones, políticas, sociales, comerciales y poco a poco fue adquiriendo una formidable información y por simple asociación de su desarrollada inteligencia, podía predecir lo que lógicamente iba a ocurrir, ese fue el inicio de otra de las características de su vida, conocer el pasado, el presente y predecir el futuro, es decir un oráculo en vivo y en directo.

   Conocía las opiniones de los diversos personajes sobre alguna persona, o circunstancia, como habían realmente sucedido las cosas y la participación de los protagonistas y lo más importante, lo que planeaban hacer en el futuro. Se sorprendía con algunas fidelidades y con las miles de traiciones, aprendió a reconocer el sabor, el olor y color de las envidias, de las mentiras, de las preferencias, de los odios, de las injusticias y de miles de apasionadas acciones individuales que le daban una posición estratégica  y privilegiada de información y conocimientos.

   Un día, recibió una tarjeta oficial de citación para la repartición de tareas, ceremonia que se realizaba, con gran pompa y boato, una vez al año en el Olimpo, en ella participaban los jóvenes que alcanzaban la mayoría de edad. Proteo llegó temprano a la reunión, pero naturalmente ocupo el final de la cola, mientras que tímidamente observaba como el jurado presidido por el mismo Zeus asignaba los más diversos encargos entre los jóvenes del Olimpo.

   Cuándo le llego su turno, le preguntaron y.... ¿y tu quien eres? ....como respuesta trato de balbucear......"prooo.....teee.....ooo.....hiijoo.....de Feeniice"....los miembros del jurado volvieron la mirada hacia la joven y sofisticada princesa, que era miembro del jurado, quien inmediatamente puso una cara de "a mi no me responsabilicen, yo no tengo la culpa". Todos los miembros del jurado, comprendieron que debían terminar rápidamente este bochornoso incidente y revisaron superficialmente las listas de cargos que quedaban, sacaron uno al azar.......el primero que tuvieron a mano...Proteo...irás al reino de Poseidón y te encargaras de cuidar el rebaño numero 16 de focas, en el archipiélago de Faros.

   No evaluaron lo estúpido del encargo, no existía nada más intrascendente y aburrido que la tarea de pastor de focas, pero Proteo agradeció efusivamente la designación, aunque no fue escuchado por que el jurado ya había levantado la sesión y sus miembros abandonaron rápidamente el recinto. Proteo había comprendido que instalado en un paraje lejano de la costa de Egipto, pronto se olvidarían de su existencia y al realizar tan boba tarea tendría todo el tiempo libre del mundo para seguir espiando a la gente interesante.

  Una hermosa tarde, cuando las olas reventaban cadenciosamente contra los verdes acantilados de la isla de Faros, Proteo se sorprendió al ver interrumpida su placentera siesta con la llegada a ese lugar de una pequeña y blanca nave y en su cubierta una hermosa mujer, túnica azul y cabellera al viento, inmediatamente la reconoció, era Fenice su madre, cuando todavía no había salido de su absoluta sorpresa ni tampoco encontrado respuesta para la pregunta...... ¿qué hace mi madre aquí?.

   Sucedió algo extraordinario, de repente, de un suave remolino de estrellas nacaradas, junto a la nave, surgió un personaje ricamente ataviado, y con un tridente de oro en la mano derecha, lo reconoció de inmediato por su magnifica apariencia, era el mismísimo Poseidón. El resto de la tarde fue un caluroso y apasionado encuentro, entre dos amantes, Poseidón y Fenice, era evidente que se conocían desde hacia tiempo, se comprendían, se deseaban, se amaban. Proteo sintió un molestoso cosquilleo en él estomago, igual que cualquier persona que presencie una tórrida jornada de amor, con su madre de protagonista.

   En los siguientes días comenzó a sospechar de algo posible, ese poderoso personaje podía ser su padre, comparo narices, hoyuelos en las mejillas, mechón de pelo en la frente, en resumen...muy....muy....muy parecidos y concluyo...!Si es mi progenitor!.... y no era justo que el, con tan importante linaje, inteligencia y conocimientos estuviera relegado, en un recóndito paraje del océano, cuidando focas, ¡qué injusta era la vida!, pensó y tomo una clara decisión, su existencia necesitaba un cambio, ¡ya era hora de hacer algo al respecto!.

   En el Alto Egipto reinaba desde hacia cuatro décadas el anciano rey Amón III, hombre sabio y justo, pero débil de carácter, se había mantenido en el trono gracias a su amigo y leal consejero, el sacerdote Wahibre, jefe de su guardia pretoriana, entre ambos habían logrado neutralizar al heredero, el príncipe Tutmosis, corrupto, badulaque y desleal, entre otros cien defectos.

   Proteo, en su primer trabajo de importancia política, se entero como. Tutmosis, había vendido a su padre, por simples promesas de poder, a los ambiciosos persas, que desde hacia un buen tiempo tenían en mente echar un zarpazo a esas ricas tierras del delta del Nilo. La conspiración era simple, los persas con la ayuda del traidor príncipe, Tutmosis y solo con una pequeña flota de veinte navíos al mando del cruel general Gaumata, se apoderarían del anciano monarca egipcio, desaparecerían a Wahibre y pondrían en el trono al corrupto Tutmosis, o al menos eso era lo que este presumía según el pérfido acuerdo, sin sospechar que el mismo Tutmosis seria el tercero de la larga lista de muerte que tenían en mente los persas.

   Para Proteo, desbaratar el complot fue relativamente fácil, mas de lo que cualquiera hubiera imaginado. Primero se transformo en Gaumata y dio las ordenes precisas a sus generales de volver de inmediato hacia Persepolis, declarando la operación abortada por orden directa del rey persa Cambieses. Al poco tiempo el verdadero Gaumata estaba frente a su rey, deshonrado y sin comprender que había pasado. 

   Luego, Proteo se presento como el salvador, en la corte de Amón en Saqqara, luciendo todas las pruebas de la traición. En las siguientes semanas logro hacerse del cargo de asesor real y luego participo en el juicio y en la deportación, lo mas lejos posible - para que no moleste - del traidor Tutmosis, todos estos hechos fueron rápidos y sucesivos.

   Al poco tiempo, Proteo era el personaje más influyente de la corte, lo sabia todo, lo que realmente pasaba y lo que iba a suceder. Con tan formidable poder político, se volvió imprescindible y por supuesto heredero del trono del viejo rey egipcio, que lo adopto como al hijo virtuoso, inteligente y leal que nunca tuvo.

   Pero, había algo que incomodaba a Proteo, durante todo el tiempo, las 24 horas del día estaba fingiendo una apariencia irreal, la de un joven y apuesto héroe, completamente diferente a su verdadera y estrafalaria figura y a veces se sentía cansado de fingir un armonioso físico y una personalidad jovial y extrovertida, algo que no era realmente.

   A la muerte del anciano faraón, Proteo fue el lógico sucesor. Por aclamación asumió el real cargo con el nombre de Menes, "El prudente unificador del alto y el bajo Egipto". La ceremonia de coronación fue sencilla y al parecer fue ignorada completamente en el Olimpo, nadie comento, como Proteo en tan poco tiempo y con sagaces acciones de experimentado estadista, había escalado posiciones hasta nada menos que ser reconocido como rey de Egipto.

   Los inicios de su gobierno fueron como su verdadera personalidad: decisiones correctas, de bajo perfil, eficaces y honradas. Algunos días sus allegados en la corte notaban ciertos rasgos de tristeza o depresión en su solitaria existencia, nadie sabia realmente lo que le costaba fingir una determinada apariencia y personalidad, era como un buen actor, en la comedia de la vida - pero no un ser real - permanentemente interpretaba solo un personaje, muy bien, pero a un muy elevado costo de identidad personal.

   Un día el joven y taciturno rey Proteo, recibió una singular misiva de un personaje de la época, la bella Aspacia, lo invitaba a participar en la fiesta que celebraría durante nueve días y nueve noches seguidas al comenzar la primavera en Atenas. Esta inteligente dama, pareja real del gran Pericles, era la mas celebre cortesana de la época. La reunión había sido preparada con un año de anticipación, asistirían tres mil invitados que serian atendidos por nueve mil personas. Jamás se había organizado un evento tan singular, donde confraternizarían todas las personas importantes del mundo conocido.

   La atracción principal de la reunión seria la presentación de Dionisos y su formidable comparsa, y la novedad una red de fuentes donde brotarían seis diferentes y especiales vinos, la sensacional bebida que propiciaba el sensual y mágico personaje.

   Como curiosidad histórica, menciono la inscripción encontrada mucho tiempo después en escritura jeroglífica y traducida gracias al genio de Jean Francois Champollion y su celebre piedra de Roseta, sobre las cualidades de la sensacional mezcla o "coupaje" del vino de la fuente numero 3. Vino redondo pero fino, franco, joven de espíritu. Con tonos salmón rosa atrevidos y ágiles, notas florales de color azul y algo de bosque. En boca, ligero pero fresco, con una permanencia superficial y prolongada, En nariz frutos oscuros, pero no tanto y algo de abeto sureño quemado por el sol. Cierra bien. Demostrando que el esnobismo de los iniciados en el mundo de la enología tiene miles de años y es de origen divino.

   Diremos algunas palabras sobre la inteligente Aspasia, era muy bella, sensual y desinhibida. Se dice que enseñó sexo y elocuencia a Pericles y su casa rosa se convirtió en el centro de reunión de los filósofos griegos, especialmente Zenón, Anaxágoras y Protágoras. Procedía de Mileto y junto a su familia eran extranjeros en Atenas. Este hecho podía impedir que Pericles se casase con ella, el famoso rey, con quien llega a su culminación el apogeo de la civilización griega, debería dar el ejemplo de prudencia y rectitud. Además por su profesión Aspasia era la antítesis de lo que recomendaba la ley y las buenas costumbres. Pero Pericles repudió a su legítima y virtuosa esposa y vivió muchos años felices junto a su amante Aspasia, los más nobles y conservadores ciudadanos y sus resignadas esposas los trataron y agasajaron con profundo respeto, como si no existiese tan anómala situación, claro recordemos que Pericles era un poderoso rey.

   Algunos historiadores y políticos de la época, - seguro incitados por sus celosas esposas, - atribuyen a Aspasia el motivo de dos guerras. Primero Pericles atacó con furia a Samos para vengar afrentas a la ciudad de Mileto, patria de su amada hetaira, y luego Arsitóganes nos cuenta de la segunda guerra, escribe en los Acarnianos: "Unos jóvenes, excitados por el vino, van a Megara y raptan a la hetaira Simete. Los de Megara, irritados, raptan a dos de las pupilas de Aspasia y, de esta forma, tres prostitutas son la causa de la guerra del Peloponeso".

   Aspasia, hacia muchas cosas bien, pero la famosa fiesta de los nueve días primaverales, fue la cumbre de su producción frívola y es la que ha quedado grabada con mas colorido en las paginas de la historia. Diseño hasta del más mínimo detalle, cientos de profesionales lo planificaron todo, los miles de efectos debería ser perfectos y alucinantes. El local, el templo de Propilea, construido especialmente para la ocasión, estaba situado en el extremo occidental de la Acrópolis, fue concebido por él celebre arquitecto Mnesicle y fue considerado como el conjunto más fastuoso de la época.

   Una de las mayores empatías de todas las épocas fue la desarrollada entre Aspasia y Dionisos. Apenas se conocieron establecieron y alentaron una reciproca atracción y una intima amistad. Estos dos personajes protagonistas de nuestra historia tenían mucho en común y no tardaron en darse cuenta que se complementaban, entonces fue absolutamente natural que Dionisos aceptara con diligencia el encargo de organizar la famosa fiesta.

   Para el día de la inauguración, en la entrada del palacio, frente al pórtico formado por seis columnas dóricas de 20 metros de altura se había instalado una enorme alfombra roja de trescientos metros de largo, flanqueada por cientos de guerreros en marcial fastuosidad de 56 ejércitos diferentes, que competían con sus coloridos trajes de gala y hacían un marco espléndido para recibir a los nobles y poderosos invitados.

   El primero en llegar - en una elegante y sobria carroza - fue Proteo el joven y tímido rey de Egipto. Fue un verdadero suplicio para su discreta vanidad recorrer las tres cuadras de la entrada, recibió con las mejillas encarnadas el aplauso y las miradas curiosas de los miles de espectadores que se habían apostado en las tribunas construidas especialmente para la ocasión.

   Una vez dentro del espectacular recinto y después de los saludos protocolares, ocupo su lugar y espero lo más quieto posible el inicio de la ceremonia, frente a el se distinguía una impresionante escalera de mármol transparente, coronada con una especie de nubes en multicolor movimiento.

   Para el inicio de la fiesta, Dionisos y Aspasia habían ideado un espectáculo mágico y creativo. Comenzó con una marcial obertura de la gran orquesta y luego a través de efectos especiales de cambios de luz y perfumes ambientales, se fue suavizando la música hasta convertirse en una delicada y muy sensual melodía, entonces apareció en lo alto de la escalera una sensacional mujer envuelta en finos tules de colores y mientras bajaba danzando cadenciosamente las escaleras, iba soltando uno a uno los tules transparentes que la cubrían, su belleza iridiscente capto la atención de todos incluyendo la de Afrodita, que noto de inmediato el enorme parecido que tenia con la joven bailarina.

   Era evidente que los organizadores habían querido homenajear la belleza de la mujer con tan delicada alegoría. Cuando la joven doncella llego al final de la escalera, estaba completamente desnuda y se quedo inmóvil en una plataforma que giraba lentamente, y mientras que una brillante luz celesta la cubría de la cabeza a los pies, del techo comenzaron a brotar miles de pétalos de rosas y mirtos, y se inundaba el espacio con un voluptuoso perfume embriagador.

   Cuando termino la melodía, él publico estaba totalmente embelesado y en medio del estupor general notaron como sin explicación lógica la bella danzarina se había convertido en una impresionante estatua de mármol. Actualmente esta invalorable joya del arte de todos los tiempos se encuentra en Munich y es el tesoro artístico mas preciado de esta hermosa ciudad alemana y es sin duda la obra cumbre del gran escultor Praxíteles.

   Después de un sobrecogedor silencio, producido por una especie de admiración y ternura generalizada, estallo una estruendosa ovación. Proteo de pie aplaudida encandilado, había recibido la escena como un cañonazo directo al corazón, jamás pensó que pudiera existir alguna criatura tan bella como esa joven, era realmente perfecta y supo desde ese momento que nunca la podría olvidar.

   Proteo, silenciosamente y sin que nadie lo notara se fue transformando en viento y flotando lentamente se dejo llevar por una energía en ebullición proveniente de lo mas profundo de su ser, se dirigió al camarín de la joven artista y ya dentro del aposento se quedo contemplándola, no quería hacer nada mas en el resto de su vida.

   Se entero que se llamaba Friné, había sido una pastora de cabras en su natal Tespia, en Beocia y fue reclutada por Aspasia por su espectacular figura. Ella fue la que la inmortalizo en el mármol haciéndola posar como modelo del mas celebre artista de la época para la estatua de Afrodita.

   Friné, fue la reina de las hetairas de la casa de Aspasia, filósofos, políticos y artistas la amaron con devoción, sin dudas ninguna otra mujer ocupo con tal pasión las fantasías de los poderosos. Friné, era hermosa, inteligente y sin escrúpulos, reunió una pequeña fortuna, pero al parecer su calculada frialdad era un escudo contra su conciencia, simplemente para protegerse del remordimiento personal que sentía por haber abandonado la pureza de su bucólico entorno natal y por supuesto de su virtuosa juventud y cambiarlo todo por esa terrible pareja de impíos y fatuos, dinero y poder.

   La joven bailarina sintió de inmediato la extraña y arrobadora fuerza que se había apoderado de su camarín, y a la vez un inmenso deseo de ternura la fue envolviendo y desvaneciendo hasta convertirla en él más suave y sensual de los perfumes. Lo que siguió fue una perfecta unión, lenta y ardiente, de cada una de la moléculas que flotaban en el ambiente: La pasión y la ternura, el deseo y la amistad, la admiración y el respeto, verdad y comprensión, el pasado y el futuro, cada encuentro, era una coincidencia absoluta, profunda, vibrante, inolvidable. Esta memorable ceremonia de amor duro tres días y tres noches sin prisa y sin pausa.

   El martes en la mañana, cuando Proteo regreso a la fiesta, lucia completamente feliz y luciendo su verdadera apariencia, había adquirido una majestuosidad impresionante, de inteligencia y nobleza. Tomada de su mano estaba Friné, radiante, feliz, diáfana, enamorada, lucia mas bella que nunca con una preciosa túnica bordada en oro y una diadema de esmeraldas que hacían marco a una delicada corona de flores de resaltaban su perfectas facciones.

   Aunque estaba en sitios diferentes del salón, Dionisos y Aspasia lo notaron y comprendieron todo de inmediato, en un segundo supieron lo que había pasado y sin mediar palabra se dirigieron hacia donde se encontraba joven y apasionada pareja, no necesitaron hablar solo los abrazaron y besaron y los cuatro hicieron un significativo brindis con un legendario cabernet sauvignon.

   El resto es historia conocida y feliz, Proteo reinó muchos años en Egipto, con sabiduría y justicia, su principal logro fue el desarrollo de la agricultura, y en forma especial - como el cultivo mas preciado - las cepas proporcionadas por Dionisos, su gran amigo. Proteo, El "Viñatero de Egipto" brindo al mundo vinos de insuperable calidad. Todo el tiempo estuvo a su lado, en una virtuosa unión la bella Friné, procrearon tres hijos que también fueron protagonistas de esta mágica Historia del Vino.