No son muchos los cocineros que sirvieron a Carlos III, por lo menos no tantos como los que lo hicieron con Carlos II, en parte por la unificación de las cocina reales y por la estabilidad física del monarca. De entre todos podemos destacar a los siguientes: Mariana Silna.- Cocinera que vino con la reina desde Nápoles, a la muerte de ésta, la reina, se marchó de nuevo a su ciudad en 1761 con el sueldo y la pensión que gozaba, 3.000 reales al año libres del derecho de media annata, pagados por la Tesorería extraordinaria del giro de Roma. En 1753 son enviados por el embajador en París, Jaime Masones, dos cocineros que fueron los que llevaron las cocinas durante todo el reinado de Carlos III, sus nombres son Juan Tremouillet y Antonio Catalán, los cuales cocinaron para el rey hasta casi que les llegó la muerte, siendo fieles servidores. Juan Tremouillet.- Juró como Jefe de la real cocina el 20 de mayo de 1754 con obligación de servir las Reales Viandas con sueldo de 14.400 reales al año. El 19 de febrero de 1761 el rey se designó establecer una sola familia, quedó comprendido como cocinero de Boca, con sueldo de 12.000 reales año, pero se le mantuvo el sueldo que ya tenía. El 15 de febrero de 1765 en el Pardo se le conceden, a modo de gratificación, 1.800 reales por el extraordinario trabajo en las cenas y viandas. El 12 de junio de 1773 el rey le concede, junto a Antonio Catalán, los honores de veedores de viandas y poder usar la espada y sombrero acompañando las Reales Viandas hasta las piezas del cubierto, dejando uno y otro en ella para presentarse a la Real Mesa, dándole los uniformes que les corresponden por los honores que les concede. Falleció el 26 de enero de 1776. Antonio Catalán.- En 1760 se le concede una gratificación, junto a Tremouillet, por sus trabajos en las jornadas de Barcelona. El 13 de junio de 1773 jura en Aranjuez como Veedor de Viandas junto a Tremouillet, en manos del Sr. Marqués de Montealegre, mayordomo mayor. En 1778 se le conceden 15.000 reales de ayuda de costa para atender a los gastos que le ha ocasionado la curación de las úlceras "que se le hizieron de resultas del extraordinario trabajo que tuvo en la jornada de Génova". En 1780 tiene que contratar a un despensero y pide una mula de paso en las jornadas. Un hecho que puede definir el talante de este hombre lo tenemos en lo siguiente y que, a mi en concreto, me dejó pensativo y que acaeció en 1783 cuando Catalán había internado a su criada Juana María Belcur, francesa, en el Real hospicio ofreciendo 3 reales diarios, pero dos años después decidió suprimirlos. Ella 'de edad avanzada, llena de achaques y en estado deplorable' pero él alega al Hospicio que 'tiene ahora otras obligaciones más íntimas'. El Mayordomo mayor le llama entonces 'movido mi corazón inmediatamente mandé a mi criado pagar lo que se debe'. El 27 de junio de 1783 el duque de Medinaceli ordena que no se presente al cubierto con vestido negro, por no haberle pedido permiso. 1785. Los jefes de cocina de boca solicitan 3 oficiales a 15 reales día y 4 mozos extraordinarios a 4 reales porque tienen pocos empleados, 'viejos y enfermos'. El mayordomo mayor se opone por la Real orden de 9 de abril para supresión de gastos. 'No es creíble quiera que el Rey y sus hijos no sean servidos pues ni Dios lo manda', dice el Contralor general. En mayo de 1788 se le conceden 4 meses de licencia con el goce del sueldo para que pase al reino de Francia para arreglar sus intereses. En 1789 se le concede permiso para tomar las aguas porque, según dice el marqués de Santa Cruz: "desde la venida de la reina empezó a sufrir unas úlceras en las piernas, y varias veces obtuvo permiso para tomar aguas minerales en Francia. Últimamente tuvo un accidente de persía que le ha dejado un brazo baldado" para continuar: "con lo que le quede de sueldo y los honores de veedor de viandas logrará en su ancianidad la satisfacción que anela en prueba de haver cumplido en el Real servicio como hombre de bien". Ese mismo año se jubila con 7.200 reales de pensión. Falleció el 18 de diciembre de 1789 a los 69 años, según consta en el libro de difuntos de la parroquia de Santa Ana de la ciudad de Montpellier que indica lo siguiente:"Gefe que fue de la cocina de S.M. y después jubilado con pensión. Se le sepultó al día siguiente en el Hospital General en presencia de dos presbíteros". Francisca Sánchez.- Nace en 1743 en el Real Sitio de San Ildefonso, ocupó los cargos de cocinera de regalo de la Reina Madre y posteriormente el mismo cargo pero con la Princesa. En 1778 se le libran 5 reales al día para una criada y 3 reales para un criado; el criado le compraba lo necesario para hacer tres cocidos a 30 reales cada uno. El Mayordomo opinó que debían suspenderse dos "ya que S.A. ha mandado se le haga uno por su cocina de regalo. Así se ahorrará para compensar los gastos de la nueva cocina". En 1778 pasó a cocinera de regalo de la Princesa. Por Real Orden de 17 de marzo de 1779 se le conceden 5 reales de sueldo y 6 para dos criados. En 1971 en "atención a la puntualidad y esmero con que desempeña el cargo de la cocina de regalo el Rey resuelve que los 5 reales diarios pasen a ser sueldo fijo". En 1802 queda viuda del portador de número de la cocina de boca y se le conceden 4 reales diarios. En 1807 hace testamento mientras se encuentra en la jornada de Aranjuez, en la real portería de damas de Palacio, dejando a sus dos hijos y una hija lo que tiene a partes iguales. Fallece a los 64 años y es enterrada en la bóveda de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción de la villa de Ortigosa del Monte (Segovia). |
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