El dulce sabor del chocolate
Nota
aclaratoria: Este
artículo fue publicado el sábado
13 de
septiembre de 1997
en el programa de radio CAMPAMENTO
LITORAL, emitido por Radio Universidad, ciclo en el que la escritora
colaboraba con un micro semanal
Para ver el curriculum de
Graciela Pacheco mire aquí
Si ustedes
recuerdan, esta mesa de Campamento Litoral se puso golosa el sábado en
el que contamos la historia del origen del dulce de leche. Pero ya que
estos últimos artículos de dietéticos no tienen nada y además yo sigo
muy decidida a seguir curioseando mis viejos libros, se me ocurre que
algo que va muy bien con el dulce de leche es el chocolate, aunque ambos
luego se peleen con la balanza.
Pero no
puedo con mi genio, así que mezclaré estas historias con la lingüística
¡Qué le vamos a hacer!
Los
aztecas conocían el maíz, los porotos, el melón, la vainilla, el
pimiento, el tomate, el algodón, el maní y también... el cacao.
El
“xocotl” o “xocoatl” era la pasta obtenida de las semillas de un árbol
que alcanza hasta unos 12 m de altura.
Inicialmente esas semillas eran ofrecidas a los dioses, pero su uso fue
popularizándose. Con ese producto y agua preparaban una bebida a la que
llamaron “chocolatl”, palabra náhuatl que los españoles llevaron a
Europa.
De
“xocotl” y “xocoatl” deriva el término cacao, principal ingrediente del
chocolate. Por alteración vocálica de la palabra cacao, nuestras abuelas
dijeron “cocoa” ¿no la han escuchado ustedes alguna vez? Caso semejante
al de cacahuate o cacahuete, vocablos que registra el Diccionario de la
Real Academia, también de origen centroamericano. El cacahuete no es otra
cosa que el maní. Esta palabra, maní, es un vocablo taíno. Los taínos
fueron los indígenas que recibieron a Colón el 12 de octubre. Pero
volvamos al chocolate:
Muchos
aseguran que el cacao es oriundo no de la zona de los aztecas, sino de la
de los mayas. Incluso sitúan su origen en Tabasco. En la actualidad, no
sólo se lo cultiva en América Central, sino también en Brasil, Indonesia
y algunos países centroafricanos. Pero la calidad del chocolate no
dependerá tanto de su origen como sí del tipo de cacao que se utilice.
Existen dos clases: los “criollos”, de buena calidad pero poco
resistentes y los “forasteros”, resultado de varias cruzas. Procesar el
chocolate no es tan fácil. Los pasos principales son:
*
Tostado de granos
a 121º centígrados. En esta etapa las semillas blancas toman su rico
color marrón y dejan escapar su olor característico.
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Molido: luego de
esto se obtiene el licor de cacao. Este licor es prensado y calentado.
Entonces se lo separa de la manteca de cacao y el polvo de cacao. Este
proceso puede insumir uno o dos días. Es el momento de quitarle la
humedad, uno de los peores enemigos del chocolate.
*
Aromatizado: en
este punto del proceso se le agregan las esencias y se lo deja enfriar
para poderlo moldear.
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Moldeado: es el
momento de producir los “chocolates de fantasía”. Se le suman avellanas,
o almendras, o maní, o pasas de uva, o arroz inflado y se le da la forma
buscada.
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Disfrutado: el
mejor paso de todos. En ese momento, siglos de historia y préstamos
culturales se disuelven en la boca, endulzando el día, mejorando el humor
y haciéndonos sentir que el nombre griego de Theobroma Cacao, alimento de
los dioses, está muy bien puesto. |