Feria del Tamal Coyoacán 2012
Contigo la milpa es rancho y el atole champurrado
Para iniciar este escrito es preciso recordar que la candela es la
vela, así que la Virgen de la Candelaria es llamada así porque,
según la tradición cristiana, María y José, los padres del Niño
Jesús, lo llevaron a presentar y circuncidar al templo judío a los
ocho días de nacido. A esto se suma que en el templo se hallaba
Simeón y él les dijo que el infante sería la luz de la humanidad, es
decir, iluminaría los hogares como candela. Por otra parte, debían
pasar cuarenta días para que su madre ya no estuviera impura por la
sangre del parto según la tradición judía. Lo anterior representa la
purificación de María y por eso se le nombró Nuestra Señora de la
Purificación o Candelaria en una de sus advocaciones.
Esto explica el porqué la fiesta es conocida y celebrada con
diversos nombres: la Presentación del Señor, la Purificación de
María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas. En México se
le llama día de La Candelaria y se festeja el 2 de febrero, cuarenta
días después de la Navidad.
Si bien la devoción por esta Virgen de la Candelaria es oriunda de
islas Las Canarias como protectora de los navegantes, en México se
volvió muy importante, particularmente en lugares como Tlacotalpan
en la que se le erigió una capilla en su honor durante el período
colonial porque era un poblado cercano a la costa del Golfo de
México por donde llegaban los navíos de España. En la ciudad de
México, capital de la Nueva España, se erigieron iglesias en su
honor como la de Tacubaya o se les puso su nombre a pueblos como el
de La Candelaria Coyoacán y a barrios como el de La Candelaria de
los Patos.
Asimismo, es necesario observar que en México su culto sirvió para
tratar de evitar que los indígenas realizaran sus ceremonias
religiosas en honor de Tláloc, el dios de la lluvia, a principios de
febrero, así que como la celebración de la Candelaria es el día 2 de
ese mes fue que resultó oportuna la sustitución. De cualquier forma,
lo que se dio fue un sincretismo puesto que en muchos poblados del
centro de México es común que los fieles indígenas campesinos lleven
como ofrendas a la Virgen de la Candelaria mazorcas o semillas de
frijol para pedir buenas lluvias y cosechas como antes se hacía a
Tláloc. De hecho,
durante la fiesta se elaboran tapetes de aserrín y flores lo que se
vincula con los orígenes prehispánicos y floricultores de los
participantes. Esto sucede en lugares como el pueblo de La
Candelaria Coyoacán.
Antes de hablar un poco más sobre este poblado me parece que es
necesario comentar que éste se encuentra ubicado en la Delegación
Coyoacán de la Ciudad de México. En Coyoacán hay diversos barrios, a
saber, el Barrio de Santa Catarina, el Barrio del Niño Jesús, el
Barrio de San Francisco, el Barrio de la Concepción, el Barrio de
San Lucas, el Barrio de San Mateo, el Barrio de San Diego y, hasta
hace un tiempo, el Barrio de Oxtopulco, según me refirió mi
informante, la antropóloga Amalia Montoya. Asimismo, abarca cinco
pueblos: Los Reyes, Santa Úrsula Coapa, San Pablo Tepetlapa, San
Francisco Culhuacán y La Candelaria Coyoacán.
El nombre original de este poblado coyoacanense sería el de La
Candelaria Macuitlapico, voz náhuatl formada por macuili,
cinco y tlapixo, sembrador, el que siembra.
El Pueblo de la Candelaria Coyoacán se conformó como resultado de la
unión de tres
tlaxilacalli
o calpulli, es decir, barrios, que serían La Candelaria
Macuitlapico, San Lorenzo Chinampan y Santa Cruz.
La Candelaria Coyoacán estaba en los márgenes del lago de Xochimilco
y era una zona chinampera. Recuérdese que las chinampas se
construyen desde la época prehispánica como pequeños islotes. En las
orillas de las chinampas se plantan ahuejotes, árboles cuyos troncos
enraízan en el fondo de los canales o de las lagunas y le brindan un
fuerte cimiento a las tierras flotantes de cultivo. Precisamente,
los habitantes de este pueblo se dedicaron durante el período
colonial y el independiente al cultivo de la tierra.
Pintura de una chinampa prehispánica
Por otra parte, gracias a las zanjas, manantiales y tierras fértiles
con que contaba, el pueblo de La Candelaria Coyoacán fue
prácticamente autosuficiente hasta la década de 1970. De hecho, casi
todos los vecinos tenían cultivos en sus casas o en los ejidos, y
usaban los productos de sus tierras para venta y autoconsumo.
Además, dependiendo de sus posibilidades económicas, tenían
animales. Algunas familias podían comer carne todos los días,
mientras que otras vendían los productos o la carne de sus animales
y solamente consumían esto último en ocasiones especiales. Otra
actividad agrícola importante era la floricultura; muchos habitantes
de este pueblo se dedicaban al cultivo de flores, las cuales luego
vendían en los mercados de Portales, Jamaica o La Merced.
La Candelaria es uno de los pueblos con más celebraciones religiosas
durante el año. Las mayordomías, antiguas cofradías, se siguen
encargando de la organización de los diversos festejos. Estas
mayordomías están conformadas por vecinos que pertenecen a las
familias originarias, aunque también intervienen últimamente
personas emigrantes del Estado de Michoacán. Durante las
celebraciones se ofician diversas misas, de acuerdo con el
calendario litúrgico. Luego se invita a los asistentes a atole de
piloncillo, tamales y pan blanco, todo preparado por alguna familia
del pueblo. Específicamente, en la festividad en honor a la Virgen
de La Candelaria, el dos de febrero, se ofrecen tamales, elaborados
de manera colectiva. Para poder elaborarlos se encargan de juntar
los ingredientes a lo largo de todo el año y uno o dos días antes de
la celebración matan a los cerdos con cuya carne cocinarán el
relleno de los tamales. Luego la comida se ofrece durante varios
días a los vecinos y visitantes.
La mayordomía del pueblo de La Candelaria organiza a todos para que
cooperen en la fiesta, así se consigue que los participantes donen
flores, portadas
[de
flores],
ceras, globos, café, atole, fuegos de artificio, comida, bandas de
viento, música de ambiente, etc. Es una fiesta entregada a “la
Patrona” y
[dura]
día y noche, por cinco jornadas enteras.
Foto antigua del Templo de La Candelaria Coyoacán
El día de la Epifanía, o sea, el día de los Santos Reyes que se
celebra el 6 de enero, se come una rosca, un rico pan dulce, que
adentro tiene una figurita del Niño Jesús. A la persona que le salga
la imagen dentro del pedazo que le haya correspondido deberá invitar
a los presentes a comer tamales y beber atole el 2 de febrero, el
día de La Candelaria. Esto reforzará los lazos de compadrazgo entre
los asistentes al convivio.
Pero, ¿qué son los tamales y qué el atole?
El tamalli o tamal es un vocablo náhuatl, que significa “pan o
pastel de maíz, cuya pasta se cuece envuelta en las hojas de la
mazorca. Se hacen de varias clases”.
Actualmente según el relleno es que los tamales son nombrados de
diversas maneras. Así, tenemos los tamales de rajas con queso, los
de calabaza, los de papa, los de mole, los de chile que por su color
pueden ser rojos o verdes, los de carne de pollo o de puerco, los de
dulce. Los tamales dulces pueden estar hechos de diversas frutas
como la piña, el arrayán o el durazno con pasitas de uva. También
hay tamales que no tienen nada por dentro pero están hechos con maíz
tierno, se bañan con una rica salsa picante, un ejemplo de éstos
serían los uchepos de Michoacán.
La historiadora Carmen Anzures y Bolaños menciona que antes de la
Conquista española a México, en Mesoamérica se comían distintos
tipos de tamal en relación con las fiestas del ciclo agrícola. Así,
para la petición de lluvia eran elaborados con hierbas semi amargas
como penitencia y ayuno, lo cual aún permanece en algunas zonas
rurales del centro y sur del país para que la siembra funcione.
En cuanto al atole, ésta es una bebida de origen prehispánico de
México y de otros países centroamericanos como Guatemala. La voz
atole, atolli, es náhuatl y significa “papilla de maíz de la
cual hacían gran consumo los indígenas preparándola de muy diversas
maneras”, viene de las voces atl y toloa que en
castellano significan agua y engullir respectivamente.
El atole es preparado con harina de maíz y con agua. Luego de la
cocción queda bastante espeso y se bebe muy caliente. En la época
prehispánica se le agregaba miel, vainilla, guayaba, cacao o arrayán
para endulzarlo y darle algún sabor en específico. Los españoles
trajeron la caña de azúcar, las vacas, los puercos, las zarzamoras,
las fresas, el mango, las naranjas, los limones, la canela, la nuez,
el arroz a México durante el virreinato. De esta forma, tenemos que
los atoles pueden prepararse en la actualidad con leche de vaca,
pueden ser de chocolate, los famosos champurrados, de fresa o de
piña, pero también puede ser atole de arroz con canela y sabe muy
sabroso.
Como se puede apreciar los ingredientes para hacer los atoles tienen
diversos lugares de origen, como las naranjas, los limones, los
mangos, la canela y el arroz asiáticos, las fresas o frutillas
chilenas, las vacas europeas, por mencionar algunos de ellos. Si a
esto le sumamos los nombres que fueron modificados como consecuencia
de la presencia española colonial tenemos que así como la voz
tlaxcalli que en náhuatl servía para designar al pan de maíz fue
cambiada por la palabra tortilla, el mismo nombre de maíz es un
vocablo taíno arahuaco que aprendieron los conquistadores europeos
en las islas caribeñas antes de venir a México. En náhuatl, uno de
los diversos idiomas indígenas de México, se dice centli,
elotl a lo que en general se conoce como maíz y mazorca de maíz.
Pero para despedirnos y que todo lo anterior sepa muy sabroso
comparto con los lectores esta copla popular mexicana:
“Vengan a tomar atole
todos los que van pasando,
que si el atole está bueno
la atolera se está agriando”