Hace unos días fui con mi familia a una antigua hacienda del período virreinal que se ha convertido en hotel, ubicada en el Estado de Morelos. Originalmente en este lugar se producía azúcar, y todavía puede observarse parte de los dispositivos utilizados con ese propósito, como el molino de piedra y la chimenea del ingenio. Se ingresa a un espacio muy bello que hace honor a su nombre: Vista Hermosa. En los alrededores estaban los campos de cultivo, es decir, los cañaverales que afortunadamente no han desaparecido del todo. Esta zona fue testigo de la lucha armada en el tiempo de la Revolución Mexicana, uno de cuyos más importantes caudillos locales fue Emiliano Zapata.

Luego de la independencia de México, los terratenientes siguieron conservando las haciendas y despojando de sus tierras a los campesinos indígenas de la región, eso es lo que provocó que Zapata y sus seguidores hicieran suyo el lema populista ruso de “La tierra es de quien la trabaja”. Ahora estamos en el año del bicentenario de la guerra de independencia y del centenario de la revolución en México. La exhacienda fue un mudo testigo de estos acontecimientos, y ofrece con orgullo su belleza arquitectónica y los ricos platillos que allí se pueden degustar. A pesar de haber sido un lugar de explotación de los campesinos indígenas y los esclavos africanos y afromestizos, se puede apreciar la magnificencia de su construcción colonial. En cuanto a la comida, se puede disfrutar la gran variedad de platillos mexicanos como los chiles en nogada que recuerdan que este manjar se ideó cuando finalizó la guerra de independencia.

Precisamente lo que disfrutamos fue saborear un rico platillo de huauzontle capeado y cubierto de una excelente salsa de jitomate. El huauzontle fue un alimento vegetal muy importante en el centro de la antigua Mesoamérica, rico en proteínas y de la misma familia que el amaranto mexicano y la quinua andina. Si bien, actualmente, se prepara bañado en salsa, lo interesante es la mezcla que se hace con huevo y con harina de trigo para capearlo, y el relleno de queso que lleva, es decir, es un platillo mestizo delicioso que forma parte del patrimonio gastronómico mexicano.

Para concluir este escrito quiero mencionar que el actual Estado de Morelos fue el territorio en donde se ubicaron los pueblos indígenas como los tlalhuicas quienes tenían el control de la producción del algodón, los aztecas los dominaron para poder disponer de este cultivo y de las prendas que con él se hacían. Fueron dos grandes hueyaltepetl, señoríos, el de Cuernavaca y el de Oaxtepec. Los monarcas aztecas disfrutaban de Cuernavaca por ser un lugar con un clima estupendo y que se conoce hasta la fecha como la “Ciudad de la eterna primavera”. El huazontle era usado, al parecer junto con el amaranto, para hacer unos panecillos en forma de cuerpos humanos pero se les ponía la sangre de los sacrificados, es por eso que el consumo del huazontle fue prohibido en un principio.