Oasis de Siwa (Egipto). Degollando un
pollo, y recogiendo su sangre en un bidón
Oasis de Siwa (Egipto). Desplumando un
pollo
Oasis de Siwa (Egipto). Comprando huevos en
una pollería
Raydah (Yemen). Vendedor de pollos
Sana'a (capital del Yemen). Vendedores de
pollos en el Suq al-Qat (zoco del qat)
Sana'a (capital del Yemen). Pollería
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2.2. Practicar la oración
Todos los musulmanes tienen como obligación rezar a Dios al menos cinco
veces al día, en determinadas horas y cumpliendo ciertas condiciones:
deben purificarse previamente (lavándose con agua, o si no la hay, con
arena, en particular la cabeza, los brazos y los pies), descalzarse,
orientarse hacia la alqibla (en dirección a la Meca) y ejecutar una
serie de posturas rituales codificadas, incluyendo la genuflexión y la
postración hasta tocar el suelo con la frente, en señal de total sumisión
a Dios, mientras pronuncian las plegarias. Deben también acudir los
viernes a la mezquita.
En
cualquier lugar al que vayas, orienta tu rostro hacia la santa mezquita
(la Caaba),
porque ésta es la verdad del Señor; y Dios no es indiferente a lo que
hacéis.
(Sura II, de Albaqara o de la Vaca,
149)
Tolera, pues, ¡oh Apóstol!, lo que dicen
los incrédulos, y profesa alabanzas a tu Señor antes de la salida del sol,
antes del ocaso, y a ciertas horas de la noche (...).
(Sura XX, de Ta-Ha, 130)
Creyentes: cuando se os convoca a la
plegaria del viernes, concurrid al recuerdo de Dios, (...)
(Sura LXII, de Alyumuía o de la
Asamblea del Viernes, 9)
2.3. Pagar el azaque
El zakat o azaque es una limosna destinada a los pobres y
necesitados, que toma la forma de tributo obligatorio anual. El azaque es
recaudado en base a cinco tipos de propiedad: grano, fruta, ganado
(incluyendo el camélido, ovino y caprino), oro-plata, y bienes muebles, a
los que se aplican diferentes porcentajes. En este concepto se basa el
sistema tributario de algunos estados islámicos (Arabia Saudí, Yemen),
como un modo de redistribución de las riquezas, aunque la tendencia
actual, en la mayoría de países que han desarrollado paralelamente un
sistema fiscal laico, es dejarlo al criterio individual de los
ciudadanos.
Él es
quien creó para vosotros jardines con plantas emparradas y rastreras, y
también las palmeras, las sementeras con frutos de todos los sabores, los
olivos y los granados, similares y diversos. Comed de sus frutos cuando
estén en sazón, y el día de su recolección pagad el azaque; pero no os
excedáis, porque Dios no aprecia a los pródigos.
(Sura VI, de Al-Anaam o del Ganado,
141)
2.4. El ayuno de Ramadán
El Ramadán es el noveno mes del año musulmán, y se considera sagrado.
El calendario religioso musulmán es lunar y no solar, por lo que cada uno
de sus doce meses dura de novilunio a novilunio: 28 días aproximadamente.
Lo cual provoca que el calendario islámico no se sincronice con el
gregoriano, de uso universal, y que el Ramadán se desplace cada año unos
días con respecto a este último, y vayan rotando las fechas en que cae. La
vigesimoséptima noche del Ramadán, llamada lailat al-qadr, la
'Noche del Decreto', pasa por ser la noche sagrada en que el mensaje fue
enviado al Profeta ("Por el Libro
lúcido; / Que revelamos en una noche bendita", XLIV, 2, 3).
Las normas del Islam obligan a los fieles a ayunar todos los días del
mes, durante el lapso que va del amanecer al anochecer; más en concreto, a
abstenerse de comer, beber, fumar y mantener relaciones sexuales durante
las horas diurnas. Tampoco se pueden ingerir bebidas alcohólicas en todo
el mes, ni de día ni de noche (en los países en que están permitidas, las
tabernas suelen dar vacaciones a sus empleados y cerrar por esas fechas).
El ayuno condiciona en gran medida las rutinas cotidianas de los países
mayoritariamente musulmanes y las actividades laborales diurnas se reducen
a niveles mínimos.
El Ramadán no es visto, sin embargo, como una carga. Al contrario, es
un mes de espíritu festivo, acogido con alborozo por los musulmanes, que
tienen ocasión de compensar las privaciones del ayuno del día con la
celebración de festejos durante las horas nocturnas. Las noches son
alegres y animadas, y mucha gente permanece despierta hasta el amanecer,
reservando las horas de la tarde para dormir.
Se cree que la normativa del Ramadán puede derivar de costumbres
anteriores, como la celebración del Yom-Kippur (o Día de la Expiación) por
los judíos, que implica un periodo de reparación, o del modelo de la
Cuaresma cristiana, con sus 40 días prescritos de ayuno y abstinencia. El
Corán no especifica, sin embargo, fechas ni plazos, y se muestra flexible
con quienes tengan dificultades para practicar el ayuno: los enfermos y
los viajeros, a los que hay que añadir las mujeres embarazadas, los niños,
los ancianos, los discapacitados, etc.
¡Creyentes! Os ha sido ordenado el ayuno, al igual que a vuestros
antepasados, para que sintáis temor por Él.
Ayunaréis determinados días; mas
quienes entre vosotros no podáis cumplir este precepto por estar enfermos,
o de viaje, ayunaréis más tarde el mismo número de días. No obstante,
quienes, pudiendo cumplir este precepto, lo quebranten, se redimirán dando
de comer a un mendigo (...)
El mes de Ramadán, en que fue
revelado el Corán, guía de la humanidad y certeza para el camino y el
discernimiento. Por ello, quienes de vosotros presencien la luna nueva de
dicho mes, deberán ayunar. Sin embargo, quienes se hallen enfermos o de
viaje, ayunarán más tarde el mismo número de días. Dios os desea la
comodidad y no la dificultad, para que podáis alcanzar la meta y
glorificar a Dios, por haberos iluminado, a fin de que Le déis gracias.
(Sura II, de Albaqara o de la Vaca,
183-185)
Acabado el Ramadán, los musulmanes celebran
la fiesta de Id al-Fitr, o de 'Ruptura del ayuno' (Küçük Bayram,
o 'Fiesta Menor', en Turquía), que cae en los tres primeros días del
décimo mes del calendario islámico, Shawwal. Se acostumbra en estos
días festivos a visitar a las familias y las tumbas de los difuntos,
intercambiar regalos y renovar el vestuario. Ésta es una de los dos
festividades mayores (Id = Fiesta) del Islam, siendo la otra el
Id al-Adha, o 'Fiesta del Sacrificio' (Kurban Bayram, o 'Fiesta
Mayor', en Turquía) que cae hacia la mitad del último mes, Dhu al-Hidja.
El principal acto de esta fiesta consiste en que cada familia, entre las
que pueden permitírselo, sacrifica un cordero (o cualquier otro animal
lícito, cabeza de ganado o camello), para repartir sus piezas entre los
suyos, sus amigos y sus vecinos, y también entre los pobres, en
conmemoración del sacrificio de Abrahán.
2.5. La peregrinación a la Meca
Todo musulmán adulto debe peregrinar al menos una vez en su vida a la
Meca, ciudad santa en la actual Arabia Saudí y emplazamiento de la Caaba,
siempre que su salud y sus recursos se lo permitan. La peregrinación a la
Meca, o hadj, se realiza durante las dos primeras semanas del
último mes del año islámico (Dhu al-Hidja), e incumbe a todos los
mahometanos que estén en condiciones físicas y económicas para llevarla a
cabo, siempre que su ausencia no cause perjuicio a sus familias.
Al llegar a la Meca, el peregrino debe ataviarse con una túnica blanca
ceremonial para ser un muhrim y alcanzar un estadio de pureza y
santidad, estando así preparado para visitar la Caaba y rodearla por siete
veces, además de practicar otra serie de ceremonias rituales en distintos
sitios sagrados de la ciudad y de las afueras. Las ceremonias incluyen la
inmolación de un animal en conmemoración del sacrificio de Abrahán. Sumado
a todo ello, los peregrinos se rapan la cabeza, y tras arrojar durante
tres días sucesivos siete piedras a cada uno de los tres pilares de Mina,
que representan a Satán, regresan a la Meca para efectuar el tawaf
(o circunvalación) de despedida a la Caaba, antes de abandonar la urbe. De
vuelta a su hogar, el peregrino puede añadir el prestigioso título de
hadji a su nombre.
Acuérdate de cuando informamos a Abrahán del emplazamiento de la Caaba
(...)
Y convoca a la peregrinación a las
gentes, que acudirán hacia ti desde los más lejanos países, a pie o a
lomos de camello;
Para ser testigos de sus beneficios
y exaltar el nombre de Dios en los días consagrados, en agradecimiento por
las reses de ganado que les concedió. Alimentaos, por tanto, de ellas, y
dad de comer a los pobres. (...)
(Sura XXII, de Alhayyi o de la
Peregrinación, 26-28)
2.6. Otros preceptos
Además de las obligaciones principales sintetizadas en los cinco
pilares del Islam, el Corán insta a sus seguidores a obedecer un buen
número de normas y directrices de comportamiento, que abarcan toda clase
de ámbitos, y regulan desde la moral a los usos sociales, en materias como
el matrimonio, el divorcio, las herencias, el atuendo, los modales, la
dieta alimenticia, el trato con los infieles, la no-violencia, la yihad o
'guerra santa', etc. Ofrecemos a modo de ejemplos un ramillete de
extractos, que darán una idea de la multiplicidad de materias en las que
el Libro tiene algo que decir:
Y cuando
dos bandos de creyentes combatan entre sí, reconciliadles. Y si uno
provocase al otro, combatid al provocador, (...)
(Sura XLIX, de Alhuruyat o de los
Aposentos, 9)
Creyentes: que ningún pueblo se burle de
otro; (...)
(Sura XLIX, de Alhuruyat o de los
Aposentos, 11)
Y no pongas mala cara a la gente ni andes
con insolencia por la Tierra, porque Dios no aprecia a los arrogantes y
jactanciosos.
Y modera tus andares y baja tu voz,
porque no hay voz más desagradable que el rebuzno de los asnos.
(Sura XXXI, de Luqman, el prudente,
18, 19)
Creyentes: evitad la sospecha siempre que
os sea posible; porque algunas sospechas conllevan el pecado. No os
espiéis ni os descalifiquéis los unos a los otros. ¿Quién de vosotros
sería capaz de comer el cadáver de su hermano? ¡Sentiríais repugnancia!
Temed a Dios, porque Dios es indulgente y misericordioso.
Humanos: En verdad que os creamos
de un hombre y una mujer, y os dividimos en naciones y tribus para que os
reconozcáis. (...)
(Sura XLIX, de Alhuruyat o de los
Aposentos, 12, 13)
Castigad con cien azotes a la adúltera y
al adúltero. Que no os frene la compasión a la hora de aplicar la ley de
Dios, si creéis en Él y en el día del Juicio final.
(Sura XXIV, de Annur o de la Luz,
2)
No digas nunca: 'Mañana haré tal cosa'.
A menos que añadas: 'Si Dios
quiere'(...). (Insh-Allah)
(Sura XVIII, de Alkahf o de la
Caverna, 23, 24)
Y no disputéis con los seguidores del
Libro (la Biblia),
sino del modo más pacífico.
(Sura XXIX, de Al-Aankabut o de la
Araña, 46)
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